La responsabilidad es de todos: Amarilis A. Montero G.



El Informe Global sobre Tecnología de la Información 2011-2012 proviene del Foro Económico Mundial que mide el avance en los niveles de competitividad en 142 países. Aunque el informe coloca a Panamá en el puesto 57 entre todos estos países, también se coloca en el quinto lugar por su conectividad en la región del Caribe y América Latina (Panamá América, 5/4/2012). En conclusión, en cuanto a tecnología de la información no estamos tan mal.

Sin embargo, este mismo informe considera que el talón de Aquiles de este país está en su educación. Este término implica el concepto de instrucción escolar, pero también es un grupo de disciplinas para el desarrollo del ser humano. En otras palabras, no es sólo lo que se aprende en un aula, es también cómo nos conducimos basados en un conjunto de valores éticos y morales. Yo quisiera referirme precisamente a esa formación que va ligada a la de los conocimientos académicos y que no se mide con una lista de grados obtenidos. Es la educación que llevamos como un vestido, como un accesorio que nadie puede ignorar.

Como docente, he visto con preocupación la merma en la “educación” que estamos dando en el país. Ya no se puede decir que estamos enseñando, sino remendando. Es como un trabajo de emparche tanto en el nivel de conocimientos como en el de los valores y urbanidad. ¿Cuántos nos hemos encontrado con una persona muy “estudiada” y que no se sabe conducir en público? También tenemos jefes o supervisores que sacan a relucir que son “máster” en su campo y que se sienten con más poder que nadie, pero tratan a sus subalternos con malas palabras y groserías.

Para el ciudadano común, los malos tratos empiezan desde que se sube a un bus y no encuentra la más mínima cortesía. Esta misma persona va a una oficina gubernamental y lo tratan como si le estuvieran haciendo un favor. Es difícil encontrar a alguien en estas instituciones que haga algo para el bienestar del ciudadano. En sí, el “licenciado” de alguna oficina cree que siendo rudo va a lograr que lo respeten y da la casualidad que es todo lo contrario. La cortesía, la amabilidad y las buenas costumbres son parte de la educación que se recibe y eso hay que demostrarlo. Por eso es agradable ser recibido con una sonrisa y un saludo a cualquier lugar que vayamos. Pero qué triste es sentir que no muchos lo hacen. En una ocasión se le preguntó a un empresario por qué contrataba tanto personal extranjero para su departamento de servicio al cliente. El empresario dijo que ellos tenían mejor trato hacia el cliente que los panameños. ¿Desplazamiento laboral por no ser educados con los demás?

De nada sirve estar bien conectados tecnológicamente si estamos desconectados de los seres humanos que nos rodean. La educación no es sólo instrucción escolar; es también la proyección humana de cada uno de nosotros. La educación está en nuestra conducta hacia los demás y debe ser nuestra mejor carta de presentación aquí y para el resto del mundo.

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