Recientemente leí sobre Claude Frederic Bastiat, un economista liberal con buen sentido político que supo inferir las falencias del proteccionismo, las restricciones de las libertades del socialismo y el saqueo legal y moral de la filantropía falsa. Todos, preceptos diseñados y puestos en contexto y debate a los contemporáneos de su época.
En su obra ‘’La Ley’’ expone la necesidad de que el ordenamiento jurídico y la función legislativa -del diputado- responda a tres vertientes que emanan de las libertades individuales, universalmente aceptadas y que a su juicio son las más importantes para garantizar el progreso social: la vida, la libertad y la propiedad.
Hoy en día el pensamiento liberal y moral de Bastiat se complementa con legislaciones más complejas y concertadas entre naciones como la Declaración Universal de Derechos Humanos, acuerdos, convenciones, tratados de libre comercio y el derecho nacional de dichos países , aunque, sin importar la forma de gobierno prevalecen las coacciones, deformaciones, violaciones y transgresiones a las ramificaciones del Derecho Natural en su modalidad de libertad.
Si bien existe un crítica constante de parte de los ilustrados y economistas al paternalismo del Estado panameño en su conducta habitual, la pandemia no ha sido una excepción a esta deformación de la propiedad, o en términos de Bastiat, saqueo legal.
El Gobierno ha incrementado las dependencias estatales e impulsado las ‘’ayudas sociales’’ por medio de bonos para adquirir comida, o incluso, el traslado de alimentos directamente a las poblaciones más vulnerables. Por otro lado, se han suspendido los contratos a miles de trabajadores, establecido moratorias a servicios básicos y obligaciones financieras, bancarias e hipotecarias, y solicitado préstamos millonarios a entidades financieras y bancarias internacionales para sufragar gastos de la crisis.
Todos estos movimientos económicos tienen su origen en la suspensión de labores de ciertos sectores económicos, la regulación del libre tránsito, y la pandemia misma.
El gobierno nacional también ha decretado una serie de medidas para controlar la proliferación de los contagios tales como toques de queda y el Estado de emergencia. A más cuatro meses de decretar toques de queda no se ha controlado el pico de los contagios, nos enfrentamos al crecimiento del desempleo, una recesión prolongada, el aumento de la deuda pública, y debo decir, el hecho más grave: profundización de la desigualdad.
Este neoestado autoritario y sin precedentes cuya cabeza es el Ejecutivo ha desarrollado acciones de regular lo inexequible e inalienable, la libertad de tránsito es prohibida por decreto y no, por la solemnidad que establece la Constitución Política en su artículo 55 a través de la figura de ‘’Estado de Urgencia’’ que se somete a la fiscalización de la Asamblea Nacional, el derecho a protesta y la libertad de expresión es acosado por la Fuerza Pública y la discrecionalidad, poca rendición de cuentas y transparencia vulnera transversalmente el derecho a la información.
Todas estas deformaciones del Estado de Derecho pierden legitimidad frente a la sociedad y la Ley, y a su vez, es una extensión más de la filantropía egoísta y falsa que los gobernantes diseminan al pueblo, que se sustenta en un supuesto cuidado de la población, pero cuyo valor real representa la renuncia y expoliación de sus libertades fundamentales.
La respuesta científica a la pandemia naturalmente se ha enmarcado en personal capacitado, infraestructura, insumos, capacidad hospitalaria y estudios, para el infortunio de todos, la gestión de estos está bajo la administración de los políticos. Al despojar a la población de sus libertades individuales, garantías constitucionales y, por otro lado, los poderes plenipotenciarios autoproclamados del Ejecutivo, fueron predestinados a la concepción de una auténtica tiranía y saqueo universal en todas las esferas de la sociedad.
El pensamiento de Bastiat es una efectiva brújula moral para discernir entre la filantropía falsa y la ausencia moral del político, un bálsamo atemporal para la preservación de la Libertad y un remedio efectivo contra el populismo criollo.
El autor es el ganador del concurso de ensayos organizado por Fundación Libertad sobre Frederic Bastiat en honor a su natalicio.
