Brisas del Golf es un barrio joven, perteneciente al corregimiento de Rufina Alfaro (distrito de San Miguelito) que fue creado mediante la Ley 21 del 27 de junio de 2000, que modifica el artículo 78 de la Ley 1 del 27 de octubre de 1982. La séptima etapa de Brisas Norte (que consta de cuatro etapas más), comenzó a ser construida en 2010 y pertenece al corregimiento Ernesto Córdoba Campos, según la Ley 42 del 10 de julio de 2009.
En la urbanización viven 10 mil 55 personas en 6 mil casas. Fue creada por la empresa Grupo Residencial en 1994 y diseñada por el arquitecto Raúl Diez. El terreno era una finca de ganado y leche, que pertenecía a la familia Ameglio, cercano al club de Golf de Panamá, quien vendió las primeras 20 hectáreas a la inmobiliaria. Poco a poco compraron el resto. “Vimos el terreno y pensamos que sería una bonita oportunidad para construir el proyecto”, explica Rogelio Arango, de Grupo Residencial.
Hace 19 años las primeras casas rondaban los $55 mil dólares y ahora, las de la nueva etapa de Brisas del Norte andan por los $170 mil. “Brisas es como un hijo porque se vio nacer y se ha visto madurar y es parte de la familia”, comenta Arango. La entrada principal de Brisas del Golf está ubicada en la calle Manuel F. Zárate y detrás de la estación de gasolina Puma en donde se construyó la primera etapa. “De allí fueron creciendo hasta la segunda entrada con la calle 29 que conecta a la entrada principal con San Antonio y Cerro Viento”, afirma Carlos Moses Arango, director de proyectos de Inmobilaria Residencial. La barriada tiene acceso a la vía Domingo Díaz, al corredor Norte por la calle Manuel F. Zárate, y al corredor Sur, a través de la avenida José Agustín Arango.
LOS VECINOS
A medida que la urbanización creció surgieron diversos grupos; la asociación de jubilados, la Asociación Residentes de Brisas del Golf, la Asociación de Residentes de Brisas del Golf y la Asociación Parque Brisas de Occidente.
“De darse el caso, nosotros [Grupo Residencial] les brindamos a las diferentes asociaciones el apoyo necesario, sostiene Moses.
Juana Galván con 14 años de vivir en Brisas del Golf, es presidenta de la Asociación de Residentes de Brisas del Golf y sostiene que “solo hay una asociación sin fines políticos”. La presidenta indica que fue establecida desde 2002, cuando inició la segunda etapa con Ítalo Castillo como fundador y cada dos años se elige la nueva directiva. “La asociación cuenta con su personería jurídica y estatutos legalmente constituidos, inscrito en el Registro Público”, señala. Además dice que dicha asociación cuenta con la aprobación de la iglesia.
Antonio Clark, presidente de la Asociación Residentes de Brisas del Golf, establecida en 2011, dijo que invitará a los vecinos “para que participen en una asamblea general en enero para elegir la nueva junta directiva y establecer una sola asociación”.
A pesar de que hay seguridad y una subestación de policía dentro del barrio, a Clark le gustaría que ubicaran en la entrada una garita y cámaras de vigilancia.
ESTILO DE VIDA
Alberto Castrellón, con 14 años de vivir en la zona, dice que lo que más decidió para mudarse al sector fue lo espacioso de las casas y su precio inicial. El residente dice que muchos como él hicieron un gran esfuerzo para vivir mejor.
Julián Escobar cuenta que salió de Arraiján para huir de las inundaciones, y eligió el sitio porque era familiar, nuevo y estaba fuera del área de operaciones de pandillas. “Lo de la seguridad fue muy importante”, afirma.
Ramón Rivera, residente desde hace seis años dice que “es un lugar muy especial para vivir”, además explica que es uno de los barrios del distrito de San Miguelito en donde se registra un buen crecimiento económico.
Lucila Navarro, también con seis años allí, dice que “es una buena área y ha crecido, y no hay muchos robos; tenemos una subestación dentro y brindan un buen servicio”.
TRANSPORTE, TRÁFICO Y ANTENAS
Los residentes disfrutan de un lugar planificado, con 50 calles anchas para no obstaculizar las vías, y área comercial, separada del área residencial. Sin embargo, el transporte es deficiente y los congestionamientos vehiculares son un problema que se agrava en las horas pico de lunes a viernes, y sábados hasta el mediodía. Dicen los vecinos que pueden tardar 45 minutos desde la entrada principal hasta sus casas. Hay una ruta de Metro Bus que pasa por Calle 29, pero el problema es el transporte a nivel interno que ha empeorado con los años. “No contamos con ese servicio adecuado ni diario”, cuenta Lucila Navarro.
La Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) informó de que el transporte de las rutas internas están; sin embargo, ante la denuncia hecha en este medio, se verificará el servicio que brindan y de encontrar irregularidad se procederá inmediatamente a hacer los correctivos.
En cuanto a la congestión, la autoridad reconoce que mientras duren los trabajos de la Avenida Domingo Díaz los conductores optarán por realizar desvíos internos para ir a las barriadas que se conectan por la calle 29. La ATTT no puede impedir el tránsito por las calles internas porque son de uso público, pero se vela para que se conduzca a velocidades adecuadas en un área residencial. A Clark le preocupa que ENSA, la empresa que provee electricidad, haya colocado sus servidumbres eléctricas dentro del barrio. En ENSA explicaron que las antenas no pertenecen a la empresa, que solo colocan ponen postes de energía eléctrica para llevar el fluido a residencias y comercios.
ÁREAS VERDES Y PARQUES
Jaime Pino vive en el sector Occidente; indica que tienen siete años de vivir en la zona y pertenece a la Asociación Parque Brisas de Occidente. “La inmobiliaria nos ofreció desde el principio el tipo de calidad de vida que tenemos. Parte de la promesa era que este lote iba a ser un parque infantil”, sostiene Pino. Itzel Harper, residente de la zona, manifiesta que la inmobiliaria [Grupo Residencial] decidió poner el lote en venta para una compañía que quiere construir un edificio de cinco pisos de minidepósitos y un banco en un área reducida.
Harper cuenta que hace seis meses comenzó la lucha pacífica y han buscado el diálogo con la inmobiliaria y los inversionistas para que dejen que el terreno sea un parque que fue construido, a pesar de ser un área privada.
Pino dice que la respuesta de la inmobiliaria es que el lote nació con la zonificación C2 (comercial urbano intensidad alta). Por ese motivo, los vecinos averiguaron ante el Ministerio que el lote es un C1 (comercial vecinal o de barrio, intensidad baja).
Hay una situación de doble zonificación y esta es un área no comercial”, sostiene. Por esta razón los vecinos de las ocho calles -quienes dicen que serán afectadas directamente por la futura construcción- han acudido a instituciones como la Junta Comunal, la Alcaldía, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) y han ingresado documentaciones como un proceso inicial.
Carlos Moses, de Grupo Residencial, indicó que “es un lote que se vendió como un lote comercial que fue aprobado desde el día uno, desde que se aprobó el proyecto y el plano de construcción”. Moses indica que es zonificación C2 y que hay que respetar las leyes, es un lote comercial y quienes lo compraron están en su derecho de construir los comercios. Se intentó obtener una versión del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, pero hasta el cierre de esta edición no se había obtenido respuesta.
LA ZONA
Dentro del área está la parroquia San Juan Apóstol Evangelista, el templo la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, dos supermercados con farmacia. El centro comercial Metromall y Los Pueblos están en la Domingo Díaz, frente a la entrada del barrio. Las escuelas oficiales más cercanas son: la Escuela Pedro J. Ameglio en San Antonio y la Escuela Pública de Cerro Viento. Entre los privados están: Smart Academy de Panamá; Colegio internacional Saint George Panamá; International School of Panamá, Colegio Bilingüe de Panamá, colegio Bilingüe de Cerro Viento, y se construye el Instituto Justo Arosemena (IJA).
Con información de Urania Molina.