Nada impediría –según el presidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA), Rodrigo Sánchez–, que el lujoso proyecto denominado Amador Ciudad Marina se conecte a la cinta costera 3, que forma parte de las obras de reordenamiento vial que adelanta el Estado a un costo de 782 millones de dólares.
Aunque la cinta costera 3 llevaría a los conductores hasta un tranque al inicio del puente de las Américas, esta obra sí optimizaría una conexión con el gigantesco plan residencial en Amador y, sin duda, sería una vía de acceso al proyecto que actualmente se somete a aprobación de las autoridades respectivas.
Amador Ciudad Marina constaría de rellenos en el mar más grandes que los de Punta Pacífica. Con una simple modificación, el complejo residencial se conectaría con la cinta costera 3.
“De Amador a Barraza hay poca distancia y puede ser coincidente que lo que se construye ahora pueda comunicarse en el futuro”, afirmó Sánchez.
“No hay nada que lo impida, dijo, tomando en cuenta que en esa área entre Amador y Barraza existe un área de manglar”.
El proyecto riñe con la ley de uso de suelo en Amador, pues este espacio fue destinado a ser una zona turística que impide la venta de residencias y restringe la construcción de edificios.
“Pareciera que lo que se pretende es que el Estado invierta un montón de plata para contribuir al desarrollo de una propuesta privada”, dijo Pitu Jaén, de la Asociación de Vecinos y Amigos del Casco Antiguo.
Una fuente vinculada al proyecto de la cinta costera 3 aseguró que, aunque no hay nada en planos que conecte la cinta con Amador, si el gobierno quisiera, lo podría hacer. El Ministerio de Obras Públicas se niega a explicar la relación de Amador con la cinta costera.
