Las investigaciones que se adelantan para esclarecer los hechos ocurridos la noche del pasado viernes en el apartamento 73E del P.H. Costa Mare, corregimiento Don Bosco, tomaron un nuevo giro con la participación de la Fiscalía Superior de Homicidio del Ministerio Público.
El fiscal superior de Homicidios y Feminicidios del Área Metropolitana, Emeldo Márquez, explicó ayer que abrieron una investigación para determinar si el siniestro fue consecuencia de una conducta dolosa o culposa.
Márquez, junto a funcionarios de la Dirección Nacional de Seguridad, Prevención e Investigación de Incendios del Cuerpo de Bomberos de Panamá (CBP), realizó diligencias de inspección tanto en el P.H. como en empresas dedicadas al suministro de gas.
De acuerdo con el funcionario, se trata apenas del inicio de las pesquisas, como parte de las cuales se requerirá una serie de diligencias técnicos - científicas para determinar si hubo dolo o culpa en estos hechos.
Las inspecciones en el P.H. Costa Mare se prolongaron hasta las horas de la tarde de ayer, lunes, según el subdirector nacional de Seguridad, Prevención e Investigación del CBP, Juan De Arco.
De Arco precisó que ayer hicieron pruebas de hermeticidad en el sistema de distribución de gas. En otras palabras, revisaron si existían fugas en el inmueble.
Detalló que, hasta ahora, las pruebas no han revelado anomalías de esta clase en las áreas del sistema que ya inspeccionaron.
“Se trata de un trabajo científico que toma tiempo, porque se hace por partes en todas las áreas, tuberías, llaves, entre otras” instalaciones, explicó el funcionario del CBP, quien no especificó cuándo podrían concluir estas labores.
Atención médica
Y mientras avanza el proceso para determinar las causas que provocaron la acumulación de gas, médicos del Hospital Santo Tomás y del Hospital del Niño José Renán Esquivel se ocupan de atender a la mujer de 35 años de edad y a su hijo de 5 años que resultaron heridos en el hecho. Un segundo hijo de la mujer, de 9 meses de nacido, murió este domingo. El padre de ambos sufrió quemaduras leves, porque había salido a botar la basura.
El subdirector médico del Hospital Santo Tomás, Luis Bravo, informó que la mujer, quien tiene quemaduras en el 90% del cuerpo, permanece en estado crítico.
Bravo evitó dar más detalles acerca de las condiciones de salud de esta paciente, porque esta información es compartida “solo con sus familiares”.
Por su lado, en el Hospital del Niño José Renán Esquivel, en cuya sala de quemados permanece internado el niño de cinco años, informaron que su condición es severamente crítica.
El niño presenta quemaduras en el 70% del cuerpo y lesiones internas.
El médico tratante del pequeño, Michael Carrillo, subrayó que lo delicado de la situación del infante se debe a que tiene severos daños a lo interno del cuerpo como consecuencia de la inhalación de humo.
Carrillo informó que le brindan soporte a todas sus funciones vitales, con el propósito de esperar que disminuya la inflamación causada por las quemaduras en la piel y pulmones. De esa manera, las funciones de su cuerpo podrían comenzar a retornar a la normalidad.
En relación con el posible traslado del niño al extranjero, el médico explicó que, aunque es una alternativa, no se puede hacer todavía.
El testimonio
En la cafetería del hotel Milán, en el corregimiento de Bella Vista, donde fueron alojadas las familias que quedaron damnificadas a causa del siniestro, estaba ayer Rosanna Cruz de Mata, de 46 años de edad.
En su relato a este diario, no paró de agradecer a Dios por estar viva junto a su esposo y sus cuatro hijos, luego de la experiencia del pasado viernes, que describió como horrorosa.
Cruz de Mata, quien llegó con su familia hace cuatro años a Panamá procedente de Venezuela, todavía tiene dolor en el cuello y golpes en una muñeca.
Narró, frenando las enormes ganas de llorar, que el pasado domingo los dejaron regresar por 10 minutos al que era su hogar, en la torre 7 de Costa Mare. Allí pudo apreciar más, en frío, la magnitud del daño.
Recordó que ese día trágico no repararon en los daños, porque solo buscaban ponerse a salvo. En aquel momento, logró sacar a sus dos hijos, de 9 y 11 años, de abajo de los escombros de una pared que se desplomó, mientras que otros dos hijos (adolescentes de 16 y 17 años) habían salido de casa para reunirse con amigos.
Recordó que tanto el cuarto de los pequeños como el de los más grandes quedaron completamente destruidos. Además, manifestó que al momento del suceso no se encontraban solos, porque unos amigos habían llegado a visitarlos.
Contó que uno de sus invitados, desde que llegó a su vivienda, le advirtió a su esposo, Carlos, sobre el olor a gas que había en el ascensor y en el pasillo. A raíz de eso, llamaron al agente de seguridad que se encontraba en la garita de entrada al complejo de edificios. Incluso, dijo que le sugirieron que llamara a los bomberos y luego regresaron a su departamento, pero unos 30 minutos después llegó el horror.

