Gobierno aún no libera los fondos para reserva



El Parque urbano de manglares en el humedal bahía de Panamá aún no arranca.

El Ministerio de Salud (Minsa) no ha otorgado la orden de proceder a los responsables del proyecto, debido a que la Contraloría General de la República no ha refrendado el contrato de la obra que requerirá una inversión de $800 mil.

Para su financiamiento se aprobó la firma de un “convenio de cooperación técnica no reembolsable” con la Corporación Andina de Fomento (CAF), por $350 mil.

Además, otros $300 mil provendrán del Ministerio de Salud (Minsa); la empresa de capital brasileño Norberto Odebrecht aportará $110 mil, y la Universidad de Virginia, Estados Unidos, $40 mil.

Lourdes Lozano, consultora ambiental del Centro de Incidencia Ambiental (Ciam) y parte del grupo que elaboró esta propuesta para el CAF, señaló que este parque es importante ante la evidente devastación de manglares que hay en el humedal bahía de Panamá.

De acuerdo con Lozano, la reserva ecológica contará con una torre de medición de carbono y un sendero de observación de aves y manglares.

“En estos momentos hay científicos de Virginia y colaboradores de la Universidad Marítima de Panamá a la espera de que se apruebe la obra para hacer sus aportes a este parque que contará con 80 hectáreas de manglar”, agregó.

Este parque natural de mangle serviría de muralla de protección a la planta de saneamiento de la bahía de Panamá y está en medio de la construcción de casi 21 proyectos inmobiliarios que se ubican en el humedal.

Incluso asociaciones ambientales cuestionaron el proyecto, porque mientras en mayo pasado se anunciaba su creación, el Gobierno daba permisos de construcción en el área que también es sitio Ramsar desde 2003.

Parte de los fondos comprometidos para la obra deberán destinarse a la elaboración del plan de manejo del humedal bahía de Panamá que está en mora, y que para Rosabel Miró, directora de la Sociedad Audubon de Panamá, es urgente que se establezcan las reglas para el manejo y conservación de la zona.

OBJETIVOS

Un informe técnico elaborado para este parque da cuenta de que cada hectárea de lodo de mangle absorbe 700 toneladas de carbono, gas que causa el cambio climático en el mundo.

Según los especialistas en el tema, mantenerlo podría costar anualmente 300 mil al Estado y su administración podría estar formada por un patronato como el de Panamá Viejo.

La reserva tiene como principal objetivo contribuir a la conservación de la infraestructura de la planta de saneamiento, frente al incremento de la “erosión marina y el aumento del nivel del mar ocasionado por el cambio climático”.

El documento también hace hincapié en que el parque “propone integrar el territorio y la población mediante el desarrollo de infraestructuras en la parte costero-marina de la ciudad, a través de tres programas: educación ambiental, investigación científica y participación ciudadana, y desarrollo social”.

En medio de este escenario en los manglares de Juan Díaz, la Sociedad Audubon de Panamá elaboró un plan de conservación para el sitio Ramsar bahía de Panamá.

Este informe tardó dos años en hacerse y podría servir de complemento al plan de gestión de los humedales de la bahía de Panamá que debe desarrollar la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam).

El plan estipula que los humedales de la bahía de Panamá comprenden los bosques de manglar, fangales, estuarios, ciénagas adyacentes de agua dulce y las aguas marinas poco profundas que se encuentran entre Panamá Viejo, en el extremo este de la ciudad de Panamá, y el golfo de San Miguel.

También determina que el sitio posee una flora y fauna únicas que aportan a la biodiversidad general del país. Por ejemplo, son el hogar de muchas especies, entre ellas de 295 de plantas, de 25 moluscos y crustáceos, 200 de aves, 50 de mamíferos y 74 de peces.

No obstante, se calcula que hasta el momento se ha deforestado más de 10% del total de los manglares que integran esta zona, es decir, 24 kilómetros cuadrados.

Entre las sugerencias que hace la Sociedad Audubon de Panamá para proteger el área están: desarrollar planes de ordenamiento territorial, elaborar un programa educativo para niños, el fortalecimiento de las autoridades locales, investigación y monitoreo del área, mejores prácticas de uso de suelo, manejo de desechos y un uso sostenible de los recursos naturales.

Otros ambientalistas, como Félix Wing, consideran que si no se detienen los permisos de construcción para nuevos rellenos y proyectos en el humedal bahía de Panamá, no tiene sentido construir el parque.

“Es una buena iniciativa, pero por un lado se dan permisos y por el otro se hace un parque ecológico. Incluso la ausencia de fondos para este parque refleja la falta de voluntad política”, aseguró.

En agosto de 2012 el Ciam presentó una denuncia contra los proyectos y rellenos en esa zona, pero este año el Ministerio Público declaró el sobreseimiento provisional del expediente.

Esto para defensores del ambiente es una muestra más de que no se quiere investigar lo que ocurre en el humedal bahía de Panamá.

Datos de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza dan cuenta de que en este hume-dal hay 11 especies de manglares, y eso ubica a Panamá, junto con Colombia, como los únicos dos países en la región que tienen esa cantidad de bosques y especies.

Ha pasado un año exactamente desde que la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), por solicitud del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot), pidiera a la Convención Ramsar suspender el proceso de extensión de los límites del humedal bahía de Panamá.

No obstante, hasta el momento el Gobierno no ha recibido una respuesta positiva o negativa sobre ese asunto. Para los ambientalistas esto es bueno porque por el momento se mantienen los límites actuales del humedal bahía de Panamá. A pesar de que el Miviot ha dicho que no han aprobado ningún esquema de ordenamiento territorial dentro de áreas ambientalmente protegidas en el sector sur de Juan Díaz, este año ordenó la elaboración de una consultoría que recomendó reducir los límites de esa reserva. Esta consultoría fue cuestionada, incluso, por organizaciones como la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos, pues atentaba con el uso de suelo de ese lugar natural.

OHIGGINIS ARCIA J.

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