El expresidente rumano Ion Iliescu está acusado de “crímenes contra la humanidad” por las medidas tomadas durante su gobierno en los sangrientos días posteriores al levantamiento anticomunista de diciembre de 1989, anunció ayer en Bucarest la fiscalía del Tribunal Superior de Casación.
Para los investigadores, esas medidas, que en aquel momento se añadían a “la psicosis terrorista que había llegado a un paroxismo entre militares y civiles armados”, provocaron muchas situaciones de “fuego fratricida”.
En total, mil 104 personas murieron en Rumania durante los acontecimientos de diciembre de 1989, 162 antes de la caída de Ceaucescu, que había ordenado la represión de manifestaciones, y 942 en los días posteriores, según un balance que, 28 años después, sigue siendo cuestionado. Iliescu presidió Rumania de 1989 a 1996 y de 2000 a 2004.
El político afirma por su parte que “mantiene la cabeza alta frente al juicio de la historia”.
“Un levantamiento popular ha creado un vacío de poder. Gente de las zonas más diversas de la sociedad han intentado dar sentido al cambio; ahora están acusados de atreverse a ello”, escribió la semana pasada en su blog.
