Nicaragua es un país polarizado por una dictadura que no ceja en su empeño de reprimir las voces disidentes, manifestó Eduardo Enriquez, editor jefe del diario nicaragüense La Prensa.
Sereno, de hablar ligero, preciso al dar a conocer la situación de su país, el periodista sostiene que la vida en Nicaragua pende cada vez más de un hilo, toda vez que el dictador de turno, el otrora exguerrillero Daniel Ortega Saavedra, se muestra dispuesto a mantenerse en el poder a sangre y fuego.
No hay avances en el tema del diálogo; el país se desangra y Ortega se muestra inflexible, acotó.
La represión, dijo, ya no es solapada, pues ahora es directa contra todo el que se atreva a desafiar a un sistema decadente, apuntalado solo por las armas.
Todo aquel que hoy día es detenido en las casi diarias manifestaciones, espontáneas en su mayoría, es calificado de “terrorista”, gracias a una reciente aprobada ley gubernamental.
Eduardo Enriquez
Editor jefe del diario nicaragüense ‘La Prensa’.
Al respecto, la Relatoría para Personas Privadas de Libertad de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hizo esta semana un llamado al poder judicial “a que ejerza el mayor escrutinio a las acusaciones formuladas por terrorismo, sobre todo cuando un elemento de tipo penal, el relativo a la ‘alteración del orden constitucional’, es sumamente subjetivo y no forma parte de la práctica internacional para la represión del terrorismo”.
Represalias
Desde el pasado 18 de abril, cuando estalló la crisis por las fallidas reformas a la seguridad social, la Policía orteguista realiza constantes presentaciones de jóvenes detenidos vinculados a las protestas, a quienes tilda de “terroristas”, violentando su derecho a la presunción de inocencia, según reseña el diario donde Enriquez funge como editor jefe.
Siguiendo su método represivo, el viernes la Policía orteguista oficializó la criminalización de las protestas, que según los entendidos pretende que la población se abstenga de manifestarse.
El organismo de seguridad orteguista advirtió que toda persona que participe en las marchas o las convoque será procesado como “terroristas”. Esta medida viola la Constitución de ese país centroamericano, que reconoce el derecho de reunión pacífica sin permiso.
No obstante, pese a la represión, ayer sábado los nicaragüenses salieron a las calles en una marcha denominada “Nicaragua en rebeldía”.
Para el editor jefe del diario La Prensa, la salida de la crisis debe ser pronto. “Ortega debe irse, pues el país se hunde cada vez más”, aseguró.