Plan urbano hasta 2035 necesitará $20 mil millones



El Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot) publicó en Gaceta Oficial el Plan de Desarrollo Urbano para las Áreas Metropolitanas del Pacífico y del Atlántico (Panamá-Colón), el cual sugiere una inversión estatal de $20 mil millones en infraestructura para afrontar el crecimiento urbano hasta el año 2035.

Juan Manuel Vásquez, viceministro de Ordenamiento Territorial, dijo que parte de estas inversiones se están realizando desde 2015.

Mientras, María Chávez, presidenta de la Red Urbana de Panamá, sostuvo que muchas veces se presentan planes de ordenamiento y al final impera el “caos urbano”.

Recelo por ejecución de plan urbano para Panamá y Colón

La hoja de ruta sobre qué se debe hacer en materia de planificación o cuánto hay que invertir en infraestructura para evitar una crisis urbana en el año 2035 se conoce como Plan de Desarrollo Urbano para las Áreas Metropolitanas del Pacífico y del Atlántico (Panamá-Colón).

El documento, elaborado por el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot), entró a regir a partir de esta semana y consiste en una estrategia de ordenamiento urbana en saneamiento, drenajes pluviales, electrificación, infraestructura, comunicación, vías, sistema de transporte y agua potable.

Según Juan Manuel Vásquez, viceministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial, la propuesta contempla una inversión de $20 mil millones para hacer frente al crecimiento urbano al año 2035.

No obstante, Vásquez precisó que parte de esas inversiones en infraestructura se vienen haciendo desde el año 2015 en proyectos sanitarios, transporte público, agua y electrificación.

Contención

Otro aspecto que plantea el documento es aplicar una “contención” hacia el área este de la ciudad de Panamá (Chepo), mientras que hacia el norte (Chilibre-Colón) hay que proteger la cuenca del Canal.

Además, establece brindar “fuerzas” a otros núcleos urbanos para su desarrollo, como La Chorrera y Arraiján, en Panamá Oeste, es decir, consolidarlos con fuentes de trabajo y sector logístico, de manera que una parte de la población laboral se quede en esos lugares.

Según Vásquez, la inversión dependerá de las próximas administraciones, pero deberán tomar en cuenta lo establecido en el plan.

“La última vez que se hizo un plan así fue en 1997, pero no se siguieron los lineamientos y no se hicieron las inversiones donde debían estar”, acotó el funcionario.

Además de establecer los criterios de crecimiento en el área metropolitana, el viceministro argumentó que el plan establece los criterios que deben adoptar otros planes urbanos a nivel local elaborados por los municipios.

De hecho, a principios de este mes, el Municipio de Panamá anunció que entró en vigencia el plan de ordenamiento en San Francisco.

Por último, indicó que en el plan se establecen límites de crecimiento a la mancha urbana, para que no se siga extendiendo “desmesuradamente” la ciudad y haciendo más costosos los servicios básicos.

Más fiscalización

Gustavo Bernal, presidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA), manifestó que están de acuerdo en que hay que mejorar la infraestructura.

No obstante, expresó que se debe llamar la atención en el punto de la fiscalización. “En los proyectos para la implementación de esa planificación es donde ellos deben reforzar la supervisión, ya que muchas veces no la tienen”, expresó el experto.

Mientras que María Chávez, presidenta de la Red Ciudadana Urbana de Panamá, indicó que si bien se requiere mayor inversión en infraestructura, les preocupa que se diga una cosa en este plan y luego se haga otra.

“Nosotros participamos en las consultas de este plan y nos parece bueno, pero lo más importante es que se cumpla con lo establecido en el documento para garantizar el ordenamiento urbano que demandan las comunidades”, aportó.

Por otra parte, mencionó que, además de La Chorrera y Arraiján, se deben crear o potenciar polos o núcleos de desarrollo en Penonomé (Coclé), David (Chiriquí), Chitré (Herrera), Las Tablas (Los Santos), entre otras áreas del interior, de tal manera que no todo se centre en la ciudad de Panamá.

“Ellos hablan de contención de desarrollos en la cuenca del Canal, pero eso no es lo que nosotros observamos en la realidad. Se están vendiendo zonas boscosas y eso no debería darse”, concluyó la activista.

Registros de Panamá Compra dan cuenta de que el plan fue licitado en 2013 y costó $1.3 millones.

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo dio cuenta de que en los distritos de Panamá, San Miguelito, La Chorrera y Arraiján la huella urbana era de 31 mil 997 hectáreas al año 2015 –cuando se hizo el estudio– y si la tendencia continúa, se elevará hasta 50 mil 468 hectáreas para 2050.

Esto conlleva un consumo anual de un poco más de 500 hectáreas de nuevo suelo habitado en los cuatro distritos mencionados. La cifra representa unas 10 veces el parque Omar, en San Francisco, de unas 50 hectáreas.

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