Pobreza, un riesgo para Panamá



La principal amenaza al progreso como resultado de la desaceleración de la economía es la recaída de millones de personas en la pobreza.

Así quedó establecido en el último Informe Regional sobre el Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe denominado Progreso multidimensional: bienestar más allá del ingreso publicado en junio pasado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El documento de 356 páginas detalla que si bien esta no es la única razón para que este riesgo se concrete, es conveniente que la región ataque con audacia la tarea de volver a pensar en el progreso a partir de los logros alcanzados en los últimos años.

En términos generales el informe indica que en la región habitan entre 25 millones y 30 millones de personas que acaban de salir de la pobreza y podrían recaer en ella. Es una población que forma parte de los 220 millones de personas (casi dos de cada cinco latinoamericanos) que son vulnerables.

Jessica Faieta, subsecretaria general de las Naciones Unidas y directora regional para América Latina y el Caribe del PNUD, planteó que el contenido de este documento se centra en los retos acumulados que enfrenta la región, que se vuelven cada vez más acuciantes.

En un momento de fragilidad económica global, la erradicación de la pobreza y la reducción de las desigualdades en todas sus dimensiones se deben basar en dos ejes principales: por un lado, proteger los logros alcanzados, lo cual incluye prevenir la caída en pobreza de millones de habitantes; por otro lado, impulsar políticas y estrategias inclusivas e integrales adaptadas a poblaciones que sufren de discriminaciones y exclusiones históricas, explicó Faieta.

UN PAÍS VULNERABLE

El informe del PNUD también muestra que Panamá no escapa a esa situación, ya que hay 1.3 millones de personas en condiciones vulnerables a recaer en la pobreza, 34.2% de la población, es decir, con ingresos entre 4 dólares y 10 dólares por día. De ese total poblacional, 33.7% es la proporción de personas en áreas rurales y 31.7%, jefas de hogar (ver gráfica adjunta).

En cuanto a los países vecinos, Costa Rica y Colombia, hay 1.7 millones (35.9%) y 17.8 millones (37.7%) de personas en estado de vulnerabilidad, respectivamente.

Son personas que lograron salir de la línea de la pobreza en los últimos años y se colocaron en un grupo que oficialmente no son pobres, pero tampoco subieron a la clase media.

Sin embargo, su condición estructural sigue siendo similar a la de los más desposeídos (que viven con menos de 4 dólares diarios), por lo tanto podrían recaer en ese círculo ante cualquier evento coyuntural.

El especialista en investigación del PNUD Panamá, Martín Fuentes, indicó que para detener esta situación se debe aumentar la formación académica para el trabajo, con la finalidad de que las personas puedan acceder a mejores empleos e ingresos, así como incentivar la creación de empleos formales e incrementar la cobertura de seguridad social.

Añadió que no se trata de una situación de peligro, sino de necesidad de profundizar los avances logrados en materia de ingreso y empleo, porque muchas personas requerirán de nuevos trabajos con la culminación de la ampliación del Canal o la baja del boom inmobiliario.

“Son ciclos que siempre se presentan, pero requieren sistemas de formación actualizados y flexibles que permitan la reinserción laboral de las personas y sistemas de protección social que les permitan mantener un mínimo de bienestar mientras buscan nuevos empleos”, profundizó.

LOGROS

Entre los avances del país está que en 2003 en Panamá había un 49.8% de personas viviendo con menos de 4 dólares al día; es decir, una de cada dos personas. A 2013 se estima que solo un 20.3% estaba con ingresos menores a 4 dólares; es decir, una de cada cinco personas, recordó Fuentes.

Mientras que un estudio estadístico del Ministerio de Economía y Finanzas detalló que la pobreza en el país pasó de 36.8% en 2003 a 26.2% en 2013.

Además, el organismo internacional indica que Panamá ocupa la posición número 1 en Centroamérica y la 5 en América Latina en cuanto al Índice de Desarrollo Humano.

El informe del PNUD de 2015 concluyó que el país ocupa la posición número 60 entre 188 naciones en el mundo, y que el país ha avanzado cinco puntos en desarrollo humano a nivel global en comparación con 2014, cuando ocupaba la posición número 65.

El Índice de Desarrollo Humano se centra en tres dimensiones básicas, según el PNUD: tener una vida larga y saludable, que se mide por la esperanza de vida al nacer; la capacidad de adquirir conocimientos, que se mide por los años de escolaridad, y la capacidad de lograr un nivel de vida digno, que se mide por el ingreso nacional bruto per cápita.

MEDIDAS ANTE EL RIESGO

Por su parte, la viceministra de Desarrollo Social, Michelle Muschett, explicó que realizan un análisis profundo sobre las necesidades que tiene la población en vulnerabilidad con la finalidad de diseñar la canasta básica de servicios que necesita, ya que el bienestar se debe garantizar a todos los panameños no solo a los que están en estado de pobreza o pobreza extrema.

Añadió que, con las ayudas económicas condicionadas, la idea es que las personas logren el desarrollo de sus capacidades productivas e ingresen al mercado laboral y logren salir de ese estado de vulnerabilidad.

Cuando se tiene una población en pobreza y recién sale de ese ciclo no significa que cuando sales no vayas a seguir siendo vulnerable si no tienes las capacidades que te ayuden a alcanzar el desarrollo, recordó.

En ese sentido, Raúl Moreira, director encargado de Análisis Económico y Social del Ministerio de Economía y Finanzas, indicó que en los últimos años entre 80 mil y 90 mil personas han salido del círculo de la pobreza, debido al crecimiento de la economía.

Por ello, es importante mantener la sostenibilidad de la economía y programas sociales que lleva adelante el Gobierno, sostuvo Moreira.

Panamá, durante 2015, reportó un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 5.8% y una proyección de 6.0% para este 2016.

En tanto, Teresita de Arias, fundadora de la Secretaría Nacional para el Plan de Seguridad Alimentaria y Nutricional, durante el gobierno del entonces presidente Martín Torrijos, manifestó que los programas de transferencia monetaria en realidad son un paliativo, pues no resuelven el verdadero problema que hay en el país.

Añadió que articular programas incluye, a parte de la ayuda económica que se brinda, elaborar otros componentes como educación, capacitación laboral para integrar a la población al sector laboral formal con la finalidad de reducir el porcentaje de personas ocupadas en la informalidad, que es bastante alto en el país.

Los planteamientos de Arias se sustentan en la Encuesta de Mercado Laboral del Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República realizada en agosto de 2015, que indica que en el país el 39.9% de la población se encuentra ocupada en la informalidad.

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