Su encuesta, salvo por el porcentaje de Rómulo Roux, se ajusta al resultado final. Por ejemplo, la encuesta decía que Rómulo estaba subiendo a un ritmo llamativo. ¿Eventos políticos como el fallo del Tribunal Electoral que inhabilitó a Ricardo Martinelli, que salió la última semana, actuaron a su favor?
El mayor desvío de la encuesta fue con Rómulo. Sí, es muy probable que esos puntos de más se los haya dado el fallo.
¿Quién fue la sorpresa, para usted?
Sin duda él. Es el único que se nos fue dos puntos del margen de error.
¿El margen de error, que ustedes tenían en 2.9%, es la salvación de los encuestadores?
Ja, ja. Sin lugar a dudas. Pero es imposible no asumir un porcentaje de desvío respecto a la realidad. Desde que no le preguntamos a los 2 millones 700 mil electores, tenemos que asumir que nos vamos a acercar mucho a la realidad, pero ninguna encuesta reemplaza a la realidad. En todo caso, cualquier encuesta bien hecha es mejor que la ignorancia.
Su encuesta pegó todas las posiciones y el desvío medio de los siete fue de 1.4%. ¿Se siente ganador?
Nunca estoy lo suficientemente satisfecho...
Ahora la respuesta no diplomática…
Tengo la espinita clavada de no haber sabido acertar la distancia entre Nito [Cortizo] y Rómulo.
¿Cómo hubiera podido acertar? ¿Encuestando gente distinta?
No. Si hubiéramos encuestado gente distinta nos hubieran respondido igual que los anteriores, porque el votante no miente. Lo que hace es decidir el voto cada vez más tarde.
¿Cómo habrían acertado?
Haciendo lo mismo que hacemos en el resto de los países. Entrevistar a la víspera para publicar el resultado justo cuando cierran las urnas. Aquí hubiera tenido que ser el domingo a las 4:00 p.m.
Con mesas cerradas, ¿ya para qué?
Aquí como el escrutinio va tan rápido no es necesario, pero en otros países tienes unas horas donde eso es lo que sale en todos medios.
Pero incluso en esos países nadie toma su decisión ayudado en sus encuestas…
Pero es una prueba que hacemos nosotros para demostrar nuestra metodología y nos arriesgamos a equivocarnos.
¿Cuántas veces se han equivocado?
No siempre hemos marcado el penalti de la final. Nuestro mayor desvío fue en las generales españolas de 2016, donde vimos a Podemos por encima del Partido Socialista y al final no fue así.
¿Por qué fallaron?
Porque el jueves previo se produjo el brexit y el hundimiento de las bolsas europeas reforzó el voto a las opciones más seguras.
¿Influyen más en el votante las vallas, las cuñas, las encuestas, los periodistas o los candidatos?
Todo, porque cada vez hay más oferta electoral y por eso más fragmentación. Pero las encuestas influyen menos de lo que los políticos y periodistas creen.
Redes sociales. ¿Cuánto impacto tuvieron en esta elección?
En una población tan joven e interconectada como la panameña, tiene más influencia que en otras democracias, pero se está sobredimensionando su influencia. Aquí en el voto influyen más las amistades y la familia, luego los medios tradicionales y, por último, las redes.
¿Cuánto del triunfo de Ricardo Lombana le atribuye a las redes?
Sin internet no hubiera sacado esos resultados.
Hablaba de nuestra democracia, y ha estado como encuestador en 16 países. ¿Su opinión de la democracia panameña?
Tiene retos muy parecidos al resto de los países. El representante debe entender que está al servicio del representado y que tiene que haber alternancia, pero también estabilidad. El peor servicio a la democracia de un político es poner en duda los resultados de una elección.
¿El alumno no tiene derecho a que le revisen el examen?
Sí, pero no a poner en duda la credibilidad de toda la institución y, en este caso, de todo un país.
Decía también que la población panameña es joven e interconectada. ¿Cómo más somos?
No hemos visto una campaña de tanta implicación política como aquí. Los colegios eran un auténtico festival. Respeto hemos visto en todos los países, pero no combinado con tanto entusiasmo y orgullo de pertenencia. De hecho, los registros de afiliación son increíbles y la gente está muy informada.
Lo más llamativo de las llamadas que hicieron.
Que el panameño es reservado, pero sincero.
¿Sobre qué temas le gustaría medir la opinión de los panameños?
Sobre consumo, hábitos, y cómo resolver los problemas de movilidad…
Las reglas que más lo sorprendieron.
Que no haya más de una elección cada cinco años y la ley seca.
Viendo el escenario como extranjero, ¿qué es lo que más le llamó la atención de los candidatos?
Que los siete me parecieron muy preparados, los mejores de sus partidos. Eso no siempre se ve en otros países.
¿Sabía que en Panamá todavía votamos marcando con un crayón?
Me recordó que en Holanda marcan con un lápiz rojo.
Su encuesta fue cuestionada por ser telefónica. ¿Por qué ese método funciona?
Toda encuesta tiene su sesgo. Ese debate de la metodología lo tuvimos en Europa hace tres décadas. En Europa y Estados Unidos las encuestas que más se acercan a la realidad son las telefónicas. Y mi problema ahora mismo no es ver si hay que volver a las presenciales, sino cuándo saltar a las online.
¿Cómo eligió a las mil 200 personas que encuestó?
Mediante marcación aleatoria de los celulares, tomando en cuenta que aquí el 90% tiene celulares. Hay más celulares que ciudadanos.
¿Eso es una particularidad solo aquí?
En Latinoamérica.
¿Por qué cree que su encuesta fue la única que la pegó?
Del resto no puedo opinar.
Cambio la pregunta. ¿Por qué las encuestas fallan?
Cuando una encuesta se desvía, no es porque el votante mienta. Es porque la metodología no es la adecuada o el encuestador manipula los resultados.
Desarrollemos.
Es porque está haciendo política, no sociología. O porque la encuesta está hecha mucho antes de que el votante tome la decisión, como en Chile o con [Donald] Trump.
La encuestadora de ‘La Estrella’ dijo que el PRD tenía un piso de 40%. ¿Error de cálculo o manipulación?
Prefiero no contestar.
El encuestador dijo que se exiliaría. ¿Qué país le recomienda?
Si alguien debe ser comprensivo con él soy yo, porque sé lo que supone tener que arriesgarse… pero con la mano en el corazón, ninguno fuera de Panamá. No sois conscientes del país que tenéis.
Si en vez de tener 60 días de campaña hubiéramos tenido 90, ¿se hubiera mantenido la tendencia para que Nito ganara?
Nunca lo sabremos.
Los panameñistas, gobernantes de turno, quedaron de cuartos. ¿Cuál es su apreciación?
Mucha gente ponía en duda que un partido con la tradición y la estructura de ellos sacara unos resultados históricamente tan bajos. Pero la democracia son ciclos, y después de uno de victorias y derrotas, era lógico que el panameño buscara un cambio.
¿Qué le dice que los dos candidatos más extremistas en sus posiciones hayan quedado de últimos?
Que aquí, como en la inmensa de las democracias, la gran mayoría está en la moderación, buscando el entendimiento y las soluciones de consenso, huyéndole a los extremos. Porque estamos condenados a vivir juntos.
La lección de esta elección.
Una vez más, que no hay elección sin emoción.
¿Qué le responde a quienes alegan que cuando una encuesta falla, al menos te da una idea?
¿Una idea? Pues será una idea equivocada. Por esa idea no deberían cobrar, deberían devolver el dinero.
¿En 2016 usted devolvió la plata?
Ojalá, porque no nos pagaron. Al ser repetición de elecciones los medios no tenían presupuesto para encuestas. La hicimos como un reto. Así que no tuve que devolver la plata, porque lo que publicamos salía de nuestro margen.
¿Alguna vez ha tenido acercamientos de políticos con propuestas indecentes?
Todo tipo de cosas… ahorita te cuento. Pero en España estamos trabajando con cuatro partidos y muchos medios, y a estas alturas ya saben lo que a nosotros no se nos puede proponer.
¿Por qué los candidatos gustan engañarse con encuestas que los ponen por encima de la realidad?
En todo el planeta los políticos están por encima de la media en ambición y en soberbia…
¿Se engañan realmente o solo les toca decir eso?
Casi todos sobreactúan y algunos llegan a creerse su propia mentira. Pero en todo caso hay que entenderlos. Es una profesión muy dura, se juegan su futuro en un día. Muy pocos aguantan esa presión psicológica.
¿Dice la verdad una encuesta que contratan ellos mismos?
Difícil. Al menos que ese encuestador tenga otros clientes políticos. Si yo trabajara solo para un partido, no tendría independencia.
¿Qué estaría diciendo usted hoy si su encuesta hubiera fallado?
Perdón, la culpa fue mía. Pero hoy puedo decir gracias por habernos respondido con sinceridad.