Cuentan los colombianos que la ambición, el dinero y el poder siempre fueron los objetivos de la viuda de la mafia, como era conocida Lorena Henao Montoya, hasta que fue asesinada junto a su pareja, Lucio Quintero, el pasado 27 de diciembre en una finca de Armenia, capital del departamento de Quindío, a 175 kilómetros de Bogotá.
Su historia, reproducida durante estos días por los medios de comunicación del vecino país, siempre estuvo cargada de excentricidades, líos judiciales y muertes.
En 1983, con 14 años de edad, contrajo matrimonio con el líder del cartel de narcotraficantes del Norte del Valle, Iván Urdinola, alias El rey de la heroína, y con ello selló una alianza de capos que la convirtió en “doña”.
Sus hermanos Orlando, Arcángel y Fernando pasaron de ser vendedores de sombreros a jefes de un grupo que compitió y fue temido hasta por los hermanos Rodríguez Orejuela, del cartel de Cali, y Pablo Escobar, del cartel de Medellín.
En su natal Cartago, era dueña de grandes haciendas y se la conocía como la diva de las cabalgatas, pues siempre montaba las mejores bestias, escoltada por pequeños ejércitos de sicarios armados.
Según el diario El Tiempo, era usual verla en Cali, donde alquilaba hoteles enteros para lujosas fiestas. Registros históricos dan cuenta de que usó parte de su fortuna para sobornar a fiscales, que borraron pruebas contra ella y su familia.
La caída
Pero como todo en la mafia, “la luz y el esplendor” acabaron con el tiempo.
Su hermano mayor fue asesinado en prisión en 1998, y su marido, preso desde 1992, murió encarcelado 10 años más tarde a causa de un infarto, aunque se cree que fue envenenado y que ella tuvo participación.
Perseguida por sus enemigos, Lorena y su hermano Arcángel de Jesús huyeron a Panamá, donde, empero, fueron apresados en 2004.
Desde esa fecha la acompañaba su pareja sentimental, Lucio Quintero.
Arcángel de Jesús, alias El mocho, fue extraditado a Estados Unidos, mientras que ella y Quintero fueron liberados y entregados a las autoridades de Colombia.
Lorena fue sentenciada a siete años de prisión, no sin antes revelar a las autoridades datos y pistas sobre el grupo Los Grajales, reconocidos empresarios del Valle del Cauca, que habrían sucedido a su marido en el negocio de las drogas.
En 2011 fue liberada y aunque desde entonces guardó un bajo perfil público, las autoridades sostienen que nunca se desligó de la mafia y que siguió traficando entre el eje cafetalero y el Norte del Valle.
Su hija, Emma Juliana, fue detenida en 2010 por su supuesta vinculación con el homicidio de un sindicalista, y sigue en prisión.
El mocho, por su parte, fue liberado a finales de 2012, luego de que, supuestamente, delató a sus exsocios. Se le cree en Colombia.
Lorena Henao, La viuda de la mafia, fue asesinada el 27 de diciembre de 2012, un año después de salir de prisión, cerca de una finca ubicada entre el Municipio de La Tebaida y la ciudad de Armenia, en Colombia.
Ese día, Henao viajaba con una menor, que resultó herida, y con Lucio Quintero, su pareja sentimental, que también murió.
Los asesinos viajaban en moto y vestían como agentes de la Policía.
Minutos después de la emboscada, verdaderos policías localizaron a los sicarios en una bomba de gasolina y, tras un enfrentamiento a tiros, los capturaron junto con dos supuestos allegados a Henao, quienes portaban armas sin permiso.
Aunque la investigación apenas comienza, las autoridades manejan varias hipótesis sobre el móvil del crimen. La más fuerte apunta hacia una guerra por los bienes del clan.
