De las investigaciones del Ministerio Público sobre los albergues comienzan a salir historias de terror, como la de una menor de 14 años acosada en el centro donde debían protegerla.
Jóvenes en albergues, entre frustración y desesperanza
Las investigaciones que sigue el Ministerio Público (MP) por presuntos maltratos a menores en albergues bajo la supervisión de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senniaf) han dejado al descubierto casos en los que víctimas de abusos en sus hogares fueron revictimizadas en estos centros donde se suponía debían ser protegidas.
Tal es el caso de una menor de 14 años, natural de la provincia de Coclé, quien con sus dos hermanitos fue llevada a un albergue en San Sebastián, Paitilla, luego de ser víctima de abusos sexuales en su hogar y, allí, le tocó vivir una nueva pesadilla.
Las tres menores quedaron al cuidado de dicho albergue mientras se resolvía el proceso legal que surgió como consecuencia de los abusos en su casa, pero entre el 10 de marzo y el 20 de septiembre de 2020, la niña volvió a ser objeto de acoso y de supuestos actos libidinosos, esta vez por parte de la mujer encargada de la preparación de los alimentos dentro del albergue.
Según las investigaciones adelantadas por el MP, la situación de acoso y persecución contra la menor se hizo tan intensa, que la cocinera desatendió sus labores para acosar a su víctima.
El 5 de octubre de 2020, al percatarse de la situación que vivía la joven, los directivos del albergue presentaron una denuncia ante el Ministerio Público.
Durante la investigación, la sospechosa abandonó la ciudad de Panamá, pero el pasado 10 de marzo fue localizada en la provincia de Coclé y traslada a la capital, donde esta semana un juez de garantías decretó su detención provisional por la presunta comisión de los delitos de actos libidinosos y corrupción de menores.
De acuerdo con las investigaciones, la sospechosa, de 23 años de edad, también fue víctima de algún tipo de maltrato o abuso durante su adolescencia. Ella misma formó parte de los menores albergados en el centro de San Sebastián, donde alcanzó la mayoría de edad.
Las pesquisas dan cuenta que por lo extendido del tiempo que permaneció en el albergue comenzó a realizar diversas tareas, entre las que se encontraba la preparación de los alimentos para los niños y adolescentes acogidos en el lugar.
Por ello, los encargados del centro la consideraban como personal de confianza y mantenía buena relación con el resto de la población albergada.
Otras investigaciones
Este caso es uno de los 18 que investiga el Ministerio Público por la presunta comisión de diversos delitos, que van desde violación, maltrato y actos libidinosos contra menores, hasta delitos contra la administración pública (peculado de uso).
A la fecha, jueces de garantía han decretado la detención provisional de seis personas por su posible vinculación con algunos de estos delitos.
Pero, además, los fiscales están tras la pista de otras personas presuntamente vinculadas con las anomalías detectadas en los albergues.
Algunas de estas anomalías fueron corroboradas durante una serie de inspecciones efectuadas por la Defensoría del Pueblo en 44 de estos centros. Por ejemplo, que los niños, niñas y adolescentes generalmente son llevados a los albergues sin los documentos correspondientes a sus casos, como tratamientos e intervenciones requeridas (salud, educación, atención especializada).
Asimismo, que las gestiones por parte de los Juzgados de Niñez y de Familia, el Ministerio Público y la Senniaf se prolongan en el tiempo e incluso algunos de los menores llegan a la mayoría de edad en los centros.
Un informe de la Defensoría del Pueblo divulgado esta semana señala que en por lo menos 10 de los albergues inspeccionados son atendidos menores con algún grado de discapacidad, y que algunos centros no cuentan con el personal idóneo para su atención.
Además, indica que menores entrevistados expresaron sentimientos de tristeza, desesperanza y frustración por la situación que viven. Otros dijeron desconocer el estatus de sus procesos y el tiempo que permanecerán en los albergues. Algunos dijeron no tener alternativas familiares para poder salir de esos centros.


