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Hospital Covid, oneroso proyecto de la CSS

Hospital Covid, oneroso proyecto de la CSS
El Hospital Covid, junto con sus obras civiles y equipamiento, le está costando al Estado $23.7 millones. Elysée Fernández

La Caja de Seguro Social (CSS) habilitó varias salas de la Ciudad de la Salud a un costo de $23.7 millones, que incluyó la compra de equipos médicos a muy elevados precios.

Constructora Riga Services propuso dos ofertas en menos de 45 días, y en ellas incrementó notablemente el precio de equipos médicos con las mismas especificaciones. La CSS no ha querido explicar quién revisó y por qué aceptaron tales precios.

La variación de los precios llega hasta el doble en algunos equipos, si se comparan estos con los precios a los que ha adquirido la CSS los mismos productos en otras compras con otros empresas, incluso en pandemia.

Según el representante legal de la constructora, Ricardo Gardellini, se trata de dos ofertas diferentes y no se pueden comparar.

“Son muchas las variantes que cambian de un periodo a otro, tal es el caso, por ejemplo, de los fletes marítimos y aéreos que aumentan durante el periodo de octubre a diciembre... los costos de equipos médicos se han incrementado enormemente, producto de la alta demanda que ha generado la pandemia”, subrayó.

Sin embargo, La Prensa encontró que los precios de los mismos equipos, comprados en las mismas fechas de la licitación y también a través de procedimiento excepcional, hasta 100% más económico.

Las variaciones en los precios no se limitaron a los equipos médicos.

Hospital Covid, víctima de la pandemia de los sobreprecios

En tiempo récord de 30 días, la administración del presidente Laurentino Nito Cortizo acondicionó la fase 1 de la “Ciudad de la Salud” -obra que ha sufrido paralizaciones de todo tipo desde 2012 hasta la fecha- como alternativa para los pacientes en estado grave o moderado de la Covid-19.

La Caja de Seguro Social (CSS) –propietaria de la obra- buscaba aliviar la creciente presión que existía sobre los centros hospitalarios existentes, ya que estaban al tope de su capacidad.

¿Cuál fue el costo de habilitar parte del enorme y costoso proyecto? ¿Qué transparente ha sido la CSS sobre el equipamiento de estas salas?

El pasado 18 de enero, el presidente Cortizo participó personalmente en el acto de inauguración de la primera fase de la Ciudad de la Salud. Lo acompañó el director de la CSS, Enrique Lau Cortés; la ministra consejera de Salud, Eyra Ruiz; la viceministra de Salud, Ivette Berrío, así como el contralor, Gerardo Solís.

“Después de dos administraciones, los panameños hemos entrado a la Ciudad de la Salud, y en esta ocasión, después de un mes, recibimos este edificio, con todas las comodidades y tecnologías para atender pacientes […]. Es un ejemplo vivo de lo que significa voluntad, trabajo en equipo”, dijo Cortizo, al pedir aplausos para los trabajadores y para la empresa Constructora Riga Services, S.A., a cargo de habilitar estas salas.

Y, aunque la inauguración de esta primera fase recibió gran despliegue de publicidad gubernamental, en lo que toca al costo y equipamiento de la obra, los altavoces se silenciaron y los funcionarios miraron a otro lado cuando este medio pidió información sobre el equipamiento.

El procedimiento

Para habilitar las salas que se necesitaban, el 15 de octubre de 2020, la CSS pidió a las empresas interesadas cotizar bajo el procedimiento especial de adquisiciones de emergencia. El 26 del mismo mes se recibieron las propuestas. Solo un proponente cumplió con los requisitos: Constructora Riga Services, S.A.

El 7 de diciembre, la CSS hizo un segundo llamado, en el que resultó ganador el ya mencionado proponente: Constructora Riga Services, S.A. Ofertó $23.7 millones para habilitar la estancia de 300 pacientes, inversión que incluía adecuaciones, camas, equipo médico y mobiliario no médico.

La Prensa analizó las dos propuestas que presentó Riga Services, hechas con una diferencia de menos de 45 días entre una y la otra, y encontró variaciones de precios importantes entre ambas propuestas, a pesar de que se trataba del mismo equipo médico y de las mismas especificaciones técnicas.

A pesar de ello, la propuesta original de Riga Services fue $600 mil más alta que la segunda, es decir, que la que resultó la ganadora.

Pero no todo lo que brilla es oro. Los precios de algunos de los equipos ofertados por esta empresa resultaron ser mucho mayores que los que otros proveedores vendieron a la CSS en otras licitaciones, incluso durante la pandemia y bajo el mismo proceso especial de compra, según reflejan documentos examinados por este medio en el sitio PanamáCompra.

Incluso, los precios de los productos de Riga Services resultaron más caros que los ofrecidos por diversas empresas a FCC, la constructora que estuvo a cargo de la Ciudad de la Salud hasta que la abandonó el año pasado.

Los equipos

Por ejemplo, de las 300 camas compradas, 220 son manuales básicas y 82, eléctricas. Las primeras pasaron de $2 mil 496 en la primera propuesta a $3 mil 440 en la segunda, en menos de 45 días (un incremento de casi el 38%), cuando estas se pueden adquirir en el mercado local a menos de $2 mil. Y por $4 mil, se puede comprar una cama eléctrica.

La empresa IBT ofreció a FCC estas mismas camas pero de especificación avanzada en $1,500, y la empresa Ness Panamá en $1,997. De igual manera, documentos de PanamáCompra revelan que la CSS ha comprado anteriormente la misma cama manual con las mismas especificaciones técnicas que las del Hospital Covid en $890, y en otros casos, hasta en $2 mil 900.

Otro equipo comprado a un alto precio es la central de monitoreo para cuidados intensivos. Se trata de una computadora que replica la información de los monitores que dan seguimiento a los signos vitales de los pacientes y que genera alarmas.

Riga Services lo ofreció en octubre de 2020 en $19,534, y menos de dos meses después, su precio saltó a $31 mil 462, un incremento de más del 60% respecto a la primera propuesta.

Hospital Covid, oneroso proyecto de la CSS

Este mismo producto (con la misma ficha técnica) fue adquirido por el Estado en $23 mil en otro acto público de la Mesa Conjunta del Ministerio de Salud y la CSS, el mismo mes en que Riga Services se ganó esta licitación: diciembre de 2020. Mientras que otros proveedores lo ofrecieron a FCC en menos de $14 mil.

El videolaringoscopio con pantalla para intubación fue ofrecido en la primera propuesta de Riga en $32 mil 557, pero terminó vendiéndolo 44% más caro: en $46 mil 921.

Este mismo equipo fue ofrecido a FCC en $14 mil y hasta en $26 mil. También fue adquirido durante la pandemia por la Mesa Conjunta, a un costo que osciló entre $17 mil y $23 mil (un 64% y un 51% menos que el precio pagado a Riga Services).

En otro caso, Riga ofertó un equipo de ultrasonido portátil -tipo laptop- para cardiología, en $43 mil 410, pero al final lo vendió en $64 mil 782, un incremento del 49%.

Sin embargo, la CSS adquirió este mismo equipo en octubre pasado en $17 mil 869 para el Hospital de Changuinola, es decir quela CSS pagó 350% más por este equipo a Riga Services .

Hasta el mobiliario se vendió caro. Una estantería inoxidable abierta fue comprada por la Ciudad de la Salud en $2,476, cuando el mismo producto se ha adquirido en $1,169. Estos son solo algunos ejemplos (ver cuadro).

Para poder comparar, La Prensa investigó los precios de los productos tomando como referencia la ficha técnica de los equipos comprados por la institución.

Riga se defiende

Este medio empezó a consultar a la CSS desde el 2 de marzo pasado del por qué pagó esos equipos a los precios que ofreció Riga Services, pese a la diferencia que había entre sus propias propuestas, o comparados con los precios pagados por la institución en compras anteriores, o si se compararon esos precios con los valores de referencia que tiene la CSS en sus propias compras, y quién estuvo a cargo de esta tarea. No hubo respuestas.

La Prensa preguntó la razón por la que algunos de sus productos estaban más caros en la segunda propuesta al representante legal de Riga Services, S.A., Ricardo Gardellini Escobar. En su defensa, dijo que las propuestas fueron hechas en actos de fechas distintas, aunque lo vendido era exactamente igual, según documentos de Panamá Compra.

“Son muchas las variantes que cambian de un periodo a otro. Tal es el caso, por ejemplo, de los fletes marítimos y aéreos, que aumentan durante el periodo de octubre a diciembre”, apuntó.

Además, dijo que “los costos de los equipos médicos se han incrementado enormemente, producto de la alta demanda que ha generado la pandemia”.

Recordó que desde noviembre se vive mundialmente un segundo brote de la pandemia. “Nos encontramos ante una situación en la que no había insumos médicos disponibles ni en stock. En consecuencia, se encarecen los productos. Ley de oferta y demanda”, afirmó.

Sus razones, empero, contrastan con las compras hechas por la propia CSS durante la pandemia, incluso durante los mismos meses en los que se realizó la licitación del Hospital Covid y mediante los mismos procedimientos de compras excepcionales.

Gardellini añadió que en su propuesta de equipamiento y construcción hay equipos médicos cuyo precio bajó en la segunda oferta. “Existen costos de equipos -dijo- que le pueden parecer altos, y otros que la empresa cotizó muy bajos”.

Y en esto, Gardelini tiene razón. El precio del monitor desfibrilador, por ejemplo, lo redujo de $13 mil 023 a $9 mil 231 en la oferta que hizo en diciembre pasado.

Hospital Covid, oneroso proyecto de la CSS
De las 300 camas de este hospital, 220 son camas manuales y 82 son eléctricas. Las manuales se vendieron en más de $3 mil para el Hospital Covid, a pesar de que la CSS las ha adquirido hasta en $890. Elysée Fernández

Pero este producto fue cotizado en $6 mil 800 para FCC, y el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid de la CSS lo adquirió el pasado 18 de noviembre en $5 mil 639, cuya entrega debía hacerse diez días después. El precio de referencia era de $4 mil 700 en una licitación pública de menor cuantía.

En otra licitación apremiante de septiembre pasado, la CSS calculó el precio de referencia de este mismo equipo en $4 mil 824. Es decir, en casi la mitad de lo que la CSS pagó a Riga Services.

Fuentes del sector que comercializa estos equipos médicos coincidieron en que, en el transcurso de un año, estos equipos pueden encarecerse entre el 3% y el 8%, por lo que el tiempo transcurrido entre las dos convocatorias (menos de 45 días) no sería un argumento de peso para los incrementos de precio que la CSS pagó a Riga Services.

Por otro lado, según proveedores y constructores, el rango de ganancia de un proyecto similar oscila entre el 30% y el 40%.

Sin embargo, y tomando como referencia los ejemplos citados en este reportaje, Riga Services habría obtenido un margen de ganancia mucho mayor. Solo con doce ejemplos, sus precios se incrementan -en sus propias propuestas y en menos de 45 días- entre el 45% y el 71%.

Estos incrementos corresponden a Riga Vs Riga. Sin embargo, al comparar sus precios con los de otras empresas, la variación es aún mayor, como, por ejemplo, en el caso del videolaringoscopio, vendido por Riga Services a la Ciudad de la Salud en $46 mil 921 la unidad.

Para este producto, la CSS avaló dos fichas técnicas diferentes: la No. 103840. y la No.101441. Comparando el precio de referencia de la CSS en una licitación de noviembre pasado con la primera ficha, la entidad lo adquirió este equipo en $2 mil 143, es decir 21 veces menos que el valor del equipo ofrecido por Riga. También compró otro con las especificaciones de la segunda ficha, en $26,340, es decir 78% más económico, a través de la mesa conjunta, en diciembre pasado. En estos casos, la entrega era inmediata y en un máximo de 30 días. Sin embargo, no es posible precisar a cuál de las dos fichas corresponde al equipo el ofrecido por Riga Services al Hospital Covid, ya que ni la CSS ni la empresa facilitaron esta información.

“Vale la pena mencionarle que en la cotización que se hizo en octubre, la Caja de Seguro Social no incluía la adecuación del nivel 00; lo cual sí se incluyó en diciembre, lo que quiere decir que la propuesta que se hizo en diciembre fue más ventajosa para el Estado y para la ejecución de nuestra empresa mucho más difícil y costosa, ya que incurrimos en mucho costo de flete aéreo no calculado en nuestra propuesta”, dijo Gardellini.

“Adicionalmente, diciembre tiene una cantidad de días libres que involucra costos adicionales. Importante señalar que esta obra fue un gran reto en términos de campo, logístico y administrativo; teniendo que trabajar 24 horas al día durante 30 días calendario”, argumentó Gardellini a La Prensa en un correo electrónico.

En la nota original versión impresa se calculó un porcentaje menor de sobreprecio en el análisis de la venta del videolaringoscopio y se omitieron los valores reales que en esta versión digital si se incluyeron.




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