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Indicasat: un productor local de medios de transporte viral

La llegada de la pandemia de la enfermedad Covid-19 –transmitida por el coronavirus SARS-CoV-2– trajo consigo la escasez global de insumos y dispositivos médicos necesarios para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. Una situación que puso a prueba el ingenio de los científicos, quienes debieron buscar soluciones a la mayor brevedad posible.

Panamá no fue la excepción, ya que en marzo de 2020, tan solo dos semanas después de haberse detectado los primeros casos de la enfermedad Covid-19, el inventario de medios de transporte viral se comenzó a agotar, poniendo en riesgo el esquema de diagnóstico que llevaba adelante el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges).

Ante este escenario, los científicos del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Tecnología (Indicasat-AIP) asumieron el reto de producir localmente los tubos de medios de transporte viral –solución salina estéril compuesta por ciertos aditivos, que conservan intacta la muestra del paciente una vez haya sido recolectada– y con ello minimizar la dependencia en la importación del producto.

Desde entonces, los científicos del Indicasat han producido más de 100 mil tubos de medios de transporte viral para aportar a la demanda, tanto de los laboratorios clínicos, como de los hospitales del sistema de salud público y privado.

Indicasat: un productor local de medios de transporte viral
Un medio de transporte viral es una solución salina estéril compuesta por ciertos aditivos que conservan intacta la muestra del paciente una vez haya sido recolectada. Román Dibulet

Del total de tubos fabricados por el centro, más de 85 mil han sido entregados al sector público y alrededor de 15 mil al sector privado.

Así lo precisó el ingeniero investigador de Indicasat Rolando Gittens, quien recordó que el 27 de marzo de 2020 recibió llamadas del Instituto Gorgas y del Ministerio de Salud (Minsa) para que comenzaran la producción de estos medios.

“En ese primer fin de semana [del 27 al 29 de marzo de 2020] se produjeron mil 800 tubos de medios de transporte que ayudaron a cubrir la demanda nacional de manera exclusiva durante las primeras dos semanas de abril de 2020, y desde entonces han trabajado en su producción”, dijo .

Actualmente, el Indicasat tiene la capacidad de producir más de 2 mil tubos de medios de transporte viral por día y ha llegado a entregar alrededor de 13 mil 800 tubos en un mes, cantidad que el equipo de científicos –integrado por cinco técnicos, entre microbiólogos, biotecnólogos y químicos– espera aumentar en el futuro a por lo menos 25 mil tubos al mes, es decir, 300 mil al año, para así cubrir una porción de la demanda nacional.

Indicasat: un productor local de medios de transporte viral
El equipo que trabaja en la fabricación de medio de transporte viral está integrado por cinco científicos. Román Dibulet

Ahorro económico

La respuesta rápida de los científicos para producir este producto representó un ahorro para el país de más de $320 mil

Gittens explicó que el precio de mercado del kit de colecta de muestras está entre $5 y $7. “Hemos demostrado que se puede ofrecer un producto de calidad con ahorros significativos de hasta $2 por unidad, en comparación con el precio de mercado”, añadió.

El proyecto ha contado con el apoyo económico del Banco de Desarrollo Interamericano (BID-Lab), que brindó un aporte financiero de $150 mil con un periodo de ejecución entre julio de año 2020 y enero de 2022, es decir, 18 meses.

Gittens indicó que la producción local de medios de transporte viral surgió como un apoyo temporal al sistema de salud pública, de manera muy modesta, con aportes de insumos donados por investigadores individuales, instituciones académicas y científicas como el Instituto Gorgas, la Universidad de Panamá, el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y empresas privadas.

Sin embargo, el equipo identificó que la necesidad de un inventario local no iba a acabar a corto plazo y fue cuando surgió la iniciativa de impulsar este proyecto como un emprendimiento científico social que fuera sostenible a largo plazo.

El primer paso fue aplicar a la convocatoria de cooperación técnica no reembolsable del BID Lab por $150 mil que, junto con la contraparte en especie del Indicasat, ha permitido tener mayor control de la materia prima, contratar personal específicamente enfocado en la producción de medios de transporte viral y sistematizar las lecciones aprendidas del proyecto para que otros investigadores puedan utilizar el camino forjado.

Galileo Solís, especialista senior de Ciencia y Tecnología del BID , explicó que esta estructura de cofinanciamiento corresponde a un instrumento del portafolio de BID Lab llamado Cooperación Técnica Prototipo, una nueva línea de cooperaciones técnicas simplificadas no reembolsables, destinadas a probar innovaciones en etapa temprana y las soluciones tecnológicas con alto potencial de impacto.

Este instrumento financiero fue desarrollado en respuesta a la creciente demanda de los clientes de una mayor agilidad y flexibilidad para que apoyemos soluciones experimentales de mayor riesgo, añadió.


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