La ‘telenovela’ de Evo



¿Es su hijo? ¿No es su hijo? ¿Vive el niño? ¿Murió? ¿Existe? ¿Dónde está?

Son preguntas que todos los bolivianos se han estado haciendo desde hace meses.

No. No es la saga televisiva de algún culebrón o de algún dramatizado o serie. Son las interrogantes que surgen en torno a un supuesto vástago del presidente boliviano Evo Morales, que habría tenido con una antigua novia que fue favorecida con un alto cargo en una empresa de origen chino, contratista del Estado, y que fue el foco de un escándalo un poco más serio en el país andino.

Fue durante los días tensos de febrero de este año, cuando se convocó a los bolivianos a un referéndum para decidir una tercera reelección del presidente Evo Morales en Bolivia, cuando la historia empezó a sonar fuerte.

La propuesta política que beneficiaría a Morales, aunque no había sido prohijada por este, no prosperó, y el gobierno y el propio Morales señalaron a la truculenta historia sobre su supuesto hijo como parte de una “campaña” para manchar su reputación y descarriar el proceso.

Nuevos capítulos han surgido desde entonces.

La detención de uno de los tres abogados y de un familiar de la exnovia de Morales, Gabriela Zapata, madre del supuesto hijo de ambos, se convirtió en un nuevo capítulo de esta telenovela, que tiene en vilo a Bolivia, señaló ayer la agencia AFP en un reportaje sobre el caso.

Según el recuento de la agencia noticiosa, el pasado martes, la fiscalía pidió detener a los tres defensores de Zapata -uno está prófugo y otro fuera del país- y a su “tía espiritual”', Pilar Guzmán, a quienes acusó de trata de personas, sustracción de menor y falsedad material, pues supuestamente hicieron pasar a otro niño como hijo de Morales ante la justicia.

Guzmán dijo a la justicia que “ella (Zapata) me pidió que yo saliera a la prensa señalando de que la vi embarazada y que habría cargado al niño”, declaración que prueba que mintió sobre la existencia del niño, según el fiscal Edwin Blanco.

El principal abogado de Zapata, Eduardo León, calificó su arresto de “acción política”, mientras aguarda comparecer ante un juez que podría aplicarle medidas cautelares.

La justicia boliviana había dictaminado ya la “inexistencia física comprobada” del supuesto hijo del presidente.

Zapata no se arredró y volvió a la carga.

Esta vez, la historia creció, literalmente.

Dijo que en realidad había tenido dos embarazos producto de su relación con Morales, y que el primero de ellos, en 2005, se interrumpió.

Esa era una versión que en un principio manejó y llegó a reconocer el propio Morales.

“En 2006 vuelvo a quedar embarazada”, dice Zapata, según recoge el reportaje de AFP.

Ese hijo es el que, supuestamente, vive. Por supuesto, esta nueva versión de la historia volvió a encender la curiosidad y la expectativa. Y no le hizo ninguna gracia al gobierno.

OFENSIVA MEDIÁTICA

Señala el reportaje de AFP que tras conocerse el caso a inicios de febrero, se desencadenó una ofensiva mediática contra Morales, que le costó perder el referéndum en el que buscaba luz verde para postularse a un cuarto mandato.

La exnovia del presidente había sido en los últimos años gerente de la firma china CAMC, que se adjudicó contratos con el Estado boliviano por unos 560 millones de dólares. Algo que despertó la malicia de la gente y las sospechas de la oposición.

Zapata está detenida desde febrero acusada de enriquecimiento ilícito, en tanto el mandatario y la empresa china fueron exonerados de responsabilidad por el Congreso, de mayoría oficialista.

Luego de que el periodista Carlos Valverde -que desveló el escándalo en febrero- se retractara y afirmara esta semana que “el niño ni siquiera habría nacido, que no habría existido nunca y que toda esta documentación sería fraguada”, el mandatario pidió“a la derecha que no mienta y que me dejen trabajar”, recuerda AFP.

Miembros del gobierno de Morales han acusado a Zapata de ser parte de una red criminal internacional. Esta ha contraatacado diciendo que tiene pruebas de que, al menos, tres ministros del Gabinete de Morales están metidos en negocios turbios.

Y la historia continuará.

(Basado en servicios internacionales)

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