Haití lucha por revertir la miseria



Tras cuatro años del terremoto que destruyó gran parte de la capital, Haití se afana por construir su futuro y revertir el lastre de la miseria que hizo de este país, mucho antes del sismo, el más pobre de América.

La tarde del 12 de enero de 2010 la población haitiana, ya casi acostumbrada a los fenómenos naturales, fue sorprendida por un sismo de 7 grados que dejó, según distintas fuentes, 300 mil muertos, igual cantidad de heridos, 1.5 millón de damnificados y daños materiales por encima de los 7 mil millones de dólares.

El terremoto derrumbó edificios gubernamentales, entre ellos, el histórico Palacio Presidencial, casas, iglesias, escuelas, hospitales y monumentos.

Al mismo tiempo provocó una crisis humanitaria y de desarrollo de grandes proporciones, a la que siguió una epidemia de cólera que ha dejado miles de muertos no solo en Haití, sino en la vecina República Dominicana.

Cuatro años después, el país, cuya economía crecerá este año hasta un 4.5% según los pronósticos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se sigue enfrentando a uno de los mayores retos de su historia: su reconstrucción, un plan ideado por las autoridades locales y la comunidad internacional, protectora durante décadas de esta nación.

Los trabajos avanzan aunque lentamente, mientras se suceden los llamamientos de unidad de la clase gobernante para sacar a Haití de la situación creada por el terremoto, el más grave de los últimos 200 años en este país del Caribe.

Si bien persisten retos significativos para seguir hacia la reconstrucción, tal y como dijo esta semana la organización humanitaria Oxfam, se observan resultados importantes dentro de este plan, como es el hecho de que se haya reducido hasta un 11% el número de personas que viven en los campamentos.

No obstante, según datos de Naciones Unidas, 817 mil personas aún requieren asistencia humanitaria debido a inseguridad alimentaria o desnutrición, las malas condiciones de vida y el alto riesgo de ser desalojadas de los 306 campos de desplazados que quedan.

Además, según la propia Oxfam, debido a la epidemia de cólera, persiste un grave problema de salud pública y Haití registra la mitad de los casos sospechosos de esa enfermedad en todo el mundo. No obstante, gracias a la determinación de los haitianos y su gobierno, se han logrado progresos notables.

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