El Diccionario de la lengua española registra con claridad que género, además de ser un rasgo gramatical correspondiente a las palabras (género femenino: mano, carpeta; género masculino: libro, teléfono), es un ´conjunto de seres que tienen uno o varios caracteres comunes´: “Lo que he dicho de los colibríes se debe aplicar a todo género de aves”.
El término género se usa en las teorías feministas y alude a una categoría sociocultural que implica diferencias de índole social, económica, política, laboral: “igualdad de género”, por ejemplo.
No obstante, para las expresiones discriminación de género y violencia de género existen expresiones apropiadas como discriminación o violencia por razón de sexo, discriminación o violencia contra las mujeres, violencia doméstica, violencia de pareja o similares.
Al contrario, sexo es una ´condición orgánica que poseen los hombres y animales´; por esta razón, para designar la cualidad biológica por la cual los seres vivos son masculinos o femeninos, debe emplearse con naturalidad el término sexo: “El sistema justo sería aquel que no asigna premios ni castigos en razón de criterios moralmente irrelevantes, la raza, la clase social, el sexo de cada persona”.
En este sentido, el Diccionario panhispánico de dudas determina de modo incuestionable: las palabras tienen género (y no sexo), mientras que los seres vivos tienen sexo (y no género).
Otra usual incorrección es el uso, en letreros, cartas, mensajes de texto, del signo arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo (l@s niñ@s), con el fin de evitar las repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos (los niños y las niñas, los ciudadanos y las ciudadanas, etcétera). Debe tenerse en cuenta que el de la arroba no es un signo alfabetizable, por eso su uso en estos casos no tiene absolutamente ningún sentido.
La Academia dice:
No hay razón para crear tabúes evitando el uso de las palabras, como por ejemplo la palabra sexo. Tratemos de conocer las diferentes acepciones de cada vocablo; y aprendámoslos bien para hablar con propiedad.
