Una clase de magia animada



Estudiantes y amantes del mundo de la animación iban llegando desde temprano al Instituto Superior de Animación y Diseño (Isad). Algunos eran jóvenes con suéteres, pantalones jeans modernos y iPods, y otros eran adultos en camisa manga larga y cobarta.

En poco tiempo coparon el salón. Los que llegaron después tenían que permanecer de pie. El peregrinaje hasta el Isad era porque se había anunciado una clase con George Scribner, un especialista en animación que ha dedicado gran parte de su labor a proyectos de los Estudios Disney. “Trabajar allí, cerquita de Pixar, es el sueño de cualquiera de nosotros”, coincidieron varios de los animadores en formación.

Scribner, el gran protagonista de la noche, llegó unos minutos tarde. La cita era a las 8:00 p.m., pero el devenir del tráfico panameño le hizo una jugarreta.

El animador de 59 años se disculpó por la demora, conectó su iPad al proyector, aparecieron figuras de animales antropomorfas en la pared, y a hablar de animación se dijo.

´MADE IN PANAMÁ´

Empezó explicando que si bien es de origen estadounidense, nació en Panamá “hace muchos años”, y viene al país entre dos y tres veces por año. Sí, repitió, “soy panameño (...) nada de zonian”, aclaró.

De hecho, advirtió que su español no era el mejor y que manejaba algo de la jerga de la maleantería. Que lo disculparan por las palabras que usaría.

De todas maneras, Pedro Caicedo, catedrático y director de Isad, asistía a Scribner cuando se encontraba con alguna traba del inglés al español.

En fin, roto el hielo, Scribner comenzó a detallar numerosos aspectos que un buen animador debe tener siempre en cuenta para lograr ese efecto de realismo que seduce a las audiencias.

ACTUACIÓN

Para dar esa chispa y vida a los personajes con los que se esté trabajando, contó, hay que actuar las escenas, tomar en cuenta movimientos primarios (los del cuerpo) y los secundarios (ropa, entorno) y practicar haciendo gesticulaciones y exagerándolas al extremo, entre otros aspectos.

Mientras explicaba, Scribner abría y cerraba sus ojos y boca como lo hacen los dibujos animados masculinos cuando ven un dibujo femenino de atractivas curvas. “No tengan temor, hay que actuar para saber cómo son las expresiones y luego plasmarlas en el trabajo”.

Contó que en los grandes estudios de animación los realizadores trabajan con un espejo cerca para poder darle el toque a sus creaciones.

Conforme daba sus tips animados, proyectaba ejemplos de cómo se debía hacer una buena animación y cómo nunca debían proceder, incluyendo en este caso varios trabajos en los que su nombre estaba involucrado como animador. “Sí, participé en esta película... lo siento, disculpen”. Se refería a proyectos de hace 20 años, cuando la tecnología no permitía tantas facilidades.

Pero eso no es excusa, aclaró, mientras el grupo como de entre 45 a 50 personas prestaba total atención a la cátedra, que se extendió por unas dos horas.

HOJA DE VIDA

Según la Internet Movie Database (www.imdb.com), el nombre de George Scribner se asocia con unos 24 proyectos cinematográficos y televisivos desde 1980, entre los que figuran Oliver & Company, The Prince and the Pauper y Mickey´s PhilharMagic, en los que se sentó en la silla de director.

Scribner contó que su padre tenía un negocio en Panamá, la Mueblería HX, y vivió aquí hasta los 25 años.

En 1977 viajó a Los Ángeles, Estados Unidos, y tuvo que ser insistente por cuatro años hasta que le abrieron la puerta de Disney.

Ahora divide su tiempo entre pintar escenas de la ampliación del Canal de Panamá y otros escenarios del país, y los trabajos de animación para los parques temáticos de Disney World.

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