Dar una segunda vida al material reciclable

Dar una segunda vida al material reciclable
La escultura ‘Es este el mundo que quieres para tus hijos?’, de Javier Conté, es un reflejo sobre la magnitud de la crisis en el manejo de residuos y cómo ello se refleja de una manera evidente y contundente. José Vilar


El concurso Reciclar EsCultura nos muestra las posibilidades de convertir en arte algunos materiales que, a simple vista, pueden parecer descartables y que ya no tienen vida útil, materiales de desechos que acaban en ríos, playas y quebradas e inciden con con ello en el cambio climático.

El concurso –realizado por la Asociación Marea Verde en conjunto con la Fundación Natura, la Sociedad Audubon de Panamá y el BioMuseo, y patrocinado por la Embajada de Israel– contó con la participación de 200 personas de todo el país, que realizaron propuestas centradas en la conciencia ciudadana sobre el impacto negativo de los desechos para la naturaleza.

Ganadores del concurso

Los ganadores del concurso fueron: ‘Esperanza el pulpo’, por Yarelys Mendoza; ‘Mar de posibilidades’, de Clandestino y Ecociencia; ‘Manglar blanco’. de Hugo González; ‘Ola de basura’, de Melissa Ramírez; ‘Hada del manglar’, por Natalie Milord; y ‘Fiesta Congo’ de Humber González.

Cada ganador del concurso nacional recibió mil dólares como premio.

En el proceso, los participantes fueron asesorados por expertos artísticos y ambientales y al final se escogieron 52 esculturas, previamente evaluadas por un jurado calificador integrado por Eduardo Navarro, Tessie Moreno Arias, Donna Conlon, Darién Montañez y Andrea Arias.

De ese total, surgieron 20 finalistas y, de ellos, 6 resultaron ganadores.

Una de ellos fue la artista plástica Yarelys Mendoza con su obra Esperanza el pulpo, con la que busca hacer un llamado de atención ante el problema de los desechos.

Mendoza escogió al pulpo, ya que es un animal marino caracterizado por su inteligencia, en una obra que busca generar empatía en el espectador, al tiempo que le dio el nombre esperanza, pues, a su juicio, “es lo último que se pierde”.

“No hay que dejarnos abrumar por la problemática, sino abordarla de manera positiva y accionar desde nuestras casas con el reciclaje y la reutilización de recursos”, dijo.

Mientras, Mar de Posibilidades, creado por Clandestino Labs y Econciencia, es una escultura que refleja la convergencia de distintas personas de diferentes culturas en torno a la transformación de materiales que son considerados basura.

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‘Esperanza el pulpo’, de Yarelys Mendoza, busca brindar un mensaje positivo y, a la vez, llamar a la acción. José Vilar

“Es mostrar el potencial que hay dentro del descarte, y con el trabajo en equipo, compromiso y colaboración”, dijo Nahuel Galeano, de Clandestino Labs.

Por otro lado, Manglar Blanco, del artista Hugo González, es una obra basada en la situación de los manglares de Chame, amenazados por la saturación del vertedero local, que deposita grandes cantidades de basura en esa área protegida. Un problema que lleva muchos años al que se debe dar mayor atención, dijo González.

Una de las obras que destacan en esta muestra es la de Isabel Preciado e Isabel Brostella del Taller de Arquitectura del Paisaje Gaia, quiénes hicieron la escultura Suelo Desenmascarado, que se encuentra ubicada en el Museo de Panamá Viejo, cuyo fin es brindar una experiencia inmersiva con la que se pueda ver de primera fila el proceso de erosión y poner en contexto la cantidad de desperdicios que dañan al ambiente y el porqué es necesario hacer un manejo adecuado de los mismos.

Preciado y Brostella separaron distintos objetos que encontraron en el sitio de Panamá Viejo y los dividieron en tres cajas de acrílico transparente que representan a las distintas generaciones, y que están cubiertos por tierra dando una sensación en la cual emergen sobre el terreno.

La pieza artística está integrada por diversos objetos desechados como un teléfono de los años 1970, un control de videojuegos y un ratón de computadora. Unos materiales con los que se crea un ‘nuevo suelo’ integrado de materiales que no son reciclados de manera apropiada.

Ambas consideran que la educación ambiental y la toma de conciencia y responsabilidad de la ciudadanía sobre el tema es imprescindible además de la necesidad de la implementación de mejores políticas públicas de reciclaje.

Mirei Endara, presidenta de la Asociación Marea Verde, dijo que con este concurso se busca dar oportunidades para la acción y búsqueda de soluciones en el ámbito ambiental y usar la creatividad no sólo como medio para expresar lo que sienten acerca de este tema, sino como un método de reflexión sobre el impacto de las acciones del ser humano en su entorno.

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‘Suelo Desenmascarado’, del Taller Gaia –ubicado en Panamá Viejo–; y ‘Fiesta Congo’, de Humber González. José Vilar

Endara igualmente consideró que aún falta mucho por hacer en cuanto al manejo de los residuos y que cada ciudadano tiene que aportar su granito de arena. “¿De qué sirve hacer una ley si nadie le va a hacer caso? ¿De qué sirve hacer una política pública si no se conoce y no se aplica? Esto nos toca a todos, y el primer paso es tomar conciencia y el segundo paso es el de tomar acción”, comentó.

La titular de la Asociación Marea Verde así mismo reivindicó la existencia de políticas públicas de reciclaje que sean congruentes con la intención y el cómo se están gestionando los residuos, y sugirió la existencia de una gama de incentivos (a la empresa, a la innovación, a la industria manufacturera, etc.) que ayuden a ver a estos materiales no como desechos sino como materiales de valor, por lo que sería necesaria la existencia de una cadena de valor que permita que todos estos materiales vistos como basura puedan ser reciclados.

“La juventud es la esperanza que tenemos y son los que están heredando este planeta. Ojalá que a través de la tecnología y la innovación, y el amor por el ser humano, el entorno y la biodiversidad, podamos generar opciones reales y viables para la sostenibilidad”, dijo.

En tanto, el jefe de exhibiciones del Biomuseo Darién Montañez expresó que el jurado calificador está satisfecho por la cantidad y calidad en las piezas recibidas durante la convocatoria al tiempo que indicó que la parte difícil fue seleccionar a las piezas ganadoras.

“Habían diferentes puntos de vista. (...) La tarea es ver aquellas piezas que le hagan sentir algo al espectador y que sepan transmitir el mensaje. Había que tener claro que era lo que el artista quería decir a través de sus obras”, agregó.

La Embajada de Israel expresó, por otro lado, su complacencia por ser parte de este concurso ya que “creemos que es responsabilidad de todos proteger el medio ambiente y educar sobre los cambios que se pueden lograr si hacemos una buena disposición de los desechos”.


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