Antes de 2010, cuando se publicó la Ortografía de la lengua española, solo se escribían en una palabra los números cardinales inferiores a treinta, como: diecinueve y veintidós; pero a partir de esa fecha, las Academias han aplicado la regla a los otros de mayor denominación, aunque siempre inferiores a cien. Es lícito escribir los números cardinales inferiores al cien en una sola palabra: treintaitrés, cuarentaicinco, ochentaiséis. “Estas grafías simples, aunque aún minoritarias, son asimismo válidas... responden a la tendencia a la fusión gráfica que experimentan la unidades pluriverbales que forman un solo grupo acentual [...] Aun así, en el uso culto general son mayoritarias las grafías pluriverbales tradicionales (treinta y cinco, cuarenta y tres, cincuenta y ocho)”.
Con este mismo criterio, se unen algunos indefinidos que expresan cantidad: treintaipico, cuarentaimuchos, cincuentaitantos.
Finalmente, hay que señalar que, “con el fin de preservar la unidad ortográfica, se recomienda evitar las grafías que trasladan a la escritura la pronunciación que reduce el diptongo en los numerales cardinales” (véase Ortografía de la lengua española, p. 671), como es el caso de treinticinco, cuarentitrés, etcétera, pues, si bien dicha pronunciación se da en la lengua oral de ciertas áreas, especialmente en la del español antillano, no es propia del habla culta en el ámbito hispanoparlante.
La Academia dice:
Repasemos las normas de nuestro idioma. Por ejemplo, la correcta escritura de formas numéricas que aparece en la última edición de la Ortografía de la lengua española. El interés redunda en un mayor dominio de nuestro idioma y el hablante es recompensado con una sólida cultura lingüística.
