El expresidente de Brasil Luiz Inácio 'Lula' da Silva dejó este sábado, 7 de abril, la sede del Sindicato de los Metalúrgicos y caminó en medio de los militantes para entregarse a la Policía Federal (PF), y así empezar a cumplir una pena de 12 años de prisión por los delitos de corrupción y lavado de dinero.
Su detención se dio casi 26 horas después del plazo que el juez Sergio Moro había dado para su entrega voluntaria. Durante la acción la multitud que se oponía a su rendición gritaba "hay que resistir, hay que resistir".
Más temprano, Lula de 72 años, anunció su intención de entregarse al final de una misa frente a la sede sindical, en memoria de su esposa fallecida el año pasado, pero sus seguidores impidieron la acción, por lo que tuvo que regresar al edificio.
En la segunda ocasión sí pudo salir a pie de la sede sindical ubicada en Sao Bernardo do Campo, en el estado de Sao Paulo, donde estaba atrincherado desde hacía dos días.
Subió a un automóvil de la PF, que fue seguido por un convoy de 8 vehículos hasta la Superintendencia de la Policía, en Sao Paulo, donde se le efectuó un examen médico para conocer su estado de salud.
Al terminar fue trasladado al aeropuerto de Congonhas, en un helicóptero. Luego subió a un avión de la PF, que 1 hora y 25 minutos después, aterrizó en el aeropuerto internacional Afonso Pena, en Curitiba. A las afueras de la terminal aérea cientos de manifestantes exigían la liberación de Lula.
De allí fue llevado al Complejo Médico Penal de Pinhais (CMPP), en São José dos Pinhais, donde estará en una celda especial de 15 metros cuadrados, con baño privado.
En las afueras protestaban cientos de seguidores del exmandatario por lo que policías les lanzaron bombas lacrimógenas y balas de goma.

Según una publicación del diario Folha de Sao Paulo, el exmandatario tendrá un cronograma restringido de dos horas diarias para ver el sol, y durante los primeros meses no recibirá visitas de familiares. Los presos, que visten de naranja, pueden tener una televisión, la cual debe ser proporcionada por sus familiares y deben limpiar su celda.

El CMPP es una cárcel destinada a reos enfermos o con problemas psiquiátricos, pero que pasó a albergar a expolicías y también a personas condenadas por crímenes de cuello blanco. Los llevan a este complejo para protegerlos de las extorsiones violentas de los presos comunes de otras prisiones. La población pemitenciaria es de 659 reos.
En esa prisión estuvo Marcelo Odebrecht, expresidente de la constructora Odebrecht, hasta el pasado 19 de diciembre cuando se le otorgó arresto domiciliario, el cual cumple en su mansión en Sao Paulo. El ejecutivo admitió sobornos a funcionarios por un valor total de 788 millones de dólares, pagados entre 2001 y 2016, y repartidos en 12 países: Brasil, Angola, Argentina, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela.
🇧🇷 @LulapeloBrasil SE ENTREGÓ Y VA CAMINO AL AEROPUERTOSeguí #MinutoAMinuto con @salonia_adrian, @andresrepetto y @PedroBriegerOk por📺 @C5N📱 Streaming de YouTube → https://t.co/zNuDBglwZP pic.twitter.com/SD7oKQfmum
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— C5N (@C5N) April 7, 2018
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La detención de Lula es un nuevo capítulo de la crisis política brasileña, marcada por la destitución de Rousseff en 2016 y por una ola de acusaciones de la operación Lava Jato, liderada por Moro, que destapó una gigantesca red de sobornos enquistada en el aparato estatal.
#ATENCIÓN | El convoy de la Policía que conduce al expresidente Lula da Silva está compuesto por vehículos oscuros sin insignias de la institución, tal como había solicitado la defensa de Lula https://t.co/u64bRNnZhf pic.twitter.com/MRx5eq88GY
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El actual gobernante, el conservador Michel Temer, fue denunciado dos veces por la Fiscalía por corrupción y obstrucción a la justicia, pero la Cámara de Diputados, con decenas de legisladores investigados, bloqueó las investigaciones.
El expresidente Lula fue condenado como beneficiario de un apartamento ofrecido por la constructora OAS a cambio de facilidades de contratos en Petrobras.
"Voy a cumplir la orden de cárcel (...) y cada uno de ustedes se transformará en un Lula", afirmó el exmandatario de izquierda (2003-2010), que se proclama inocente, desencadenando un clamor unánime de "íSoy Lula! íSoy Lula!". "Moro mintió al decir que esa apartamento era mío", clamó, y atribuyó su condena al propósito de evitar el regreso de la izquierda al poder en las elecciones de octubre, para las que aparece como favorito en los sondeos.
(Con información de O Globo)







