Redacción internacional, (AFP).– Investigadores de la aviación estadounidense mantenían este martes, 2 de julio, su tesis de que la caída, en 1996, del vuelo 800 de la compañía TWA se debió a un accidente, mientras un documental reaviva las especulaciones sobre un atentado.
Alrededor de 230 personas, entre pasajeros y tripulantes, murieron cuando el Boeing 747, que se encaminaba hacia el aeropuerto Charles de Gaulle, en París, explotó en el aire por la noche sobre Long Island, poco después de despegar del aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York.
TWA Flight 800, un documental que será exhibido en el canal de cable estadounidense Epix el 17 de julio, al cumplirse el 17 aniversario de la tragedia, reaviva la teoría de que el jet fue derribado por un misil.
Sin embargo, altos funcionarios de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés), señalaron que esa fue una de las tantas explicaciones manejadas en el marco de una investigación a fondo que duró cuatro años, y que fue descartada. “Estoy totalmente convencido de que no hubo ninguna bomba o misil”, dijo Jim Wildey, un investigador retirado de la NTSB que supervisó un análisis detallado de la secuencia de hechos que rodearon el desastre.
El fuselaje del avión de pasajeros accidentado fue minuciosamente vuelto a montar en la NTSB y en él no había ningún indicio de que el aparato pudiera haber sido alcanzado por un misil, señaló.
La NTSB mantiene que el vuelo 800 TWA cayó como consecuencia de una explosión en el tanque de combustible, causada “probablemente” por un cortocircuito eléctrico.
