Un tribunal de Seúl rechazó este jueves una orden de detención contra el heredero de Samsung, Lee Jae-Yong en el marco de la investigación de un escándalo de corrupción que ya llegó hasta la presidenta surcoreana Park Guen-Hye.
El tribunal del distrito central de Seúl desestimó la orden de arresto presentada por la fiscalía el lunes contra Lee por cargos de soborno, malversación y perjurio.
Los fiscales acusaron a Lee de dar o prometer 36.3 millones de dólares en sobornos a la confidente de Park, Choi Soon-Sil, encarcelada.
El pago era, supuestamente, a cambio de que el gobierno respaldara una fusión de dos filiales de Samsung, un movimiento crucial para el traspaso de poderes de la compañía –el mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo y empresa clave para la economía surcoreana– hacia Lee.
La unión de Cheil Industries y C&T fue muy criticada por algunos accionistas pero la Caja Nacional de Pensiones (NPS), gran accionista de Samsung y controlada por el ministerio de Asuntos Sociales, dio luz verde a la operación.
Sin embargo, según el tribunal, los fiscales no presentaron pruebas lo suficientemente sólidas contra Lee. "Resulta difícil aceptar las razones, la necesidad y la justificación" para dar salida a la orden de arresto, informaba un comunicado de la fiscalía, que citaba la falta de pruebas inequívocas.
Los investigadores anunciaron la semana pasada que Lee era considerado sospechoso en este escándalo, que ha ido creciendo como una bola de nieve tras la inculpación el año pasado de Choi Soon-Sil, amiga de la presidenta.
Choi está siendo juzgada actualmente por haber utilizado su relación con Park para sonsacar enormes cantidades de dinero a grandes conglomerados surcoreanos que pagaron millones de dólares a fundaciones privadas creadas por ella.

