En el sugestivo escenario del Coliseo de Roma, símbolo de los primeros mártires cristianos arrojados a las fieras, blindado con fuertes medidas de seguridad, que incluyeron francotiradores en cada ángulo y helicópteros con visión nocturna sobrevolando la zona, el papa Francisco presidió el viacrucis y denunció algunas de las lacras que afligen al mundo actual.
Arremetió, entre otras cosas, contra el “infame silencio” ante la persecución cristianos, contra el “insaciable cementerio” de inmigrantes del Mediterráneo y Egeo, contra la corrupción que “convierte la ética en un mercado de la inmoralidad” o contra la sociedad “hipócrita y egoísta” que descarta a los ancianos y a las personas con discapacidad.
“Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los fundamentalismos y en el terrorismo de los seguidores de cierta religión que profanan el nombre de Dios y lo utilizan para justificar su inaudita violencia. Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los poderosos y en los vendedores de armas que alimentan los hornos de la guerra con la sangre inocente de los hermanos”, exclamó en uno de los pasajes de su discurso.
A los pies del Anfiteatro de Flavio, llamado así originariamente en honor a la Dinastía Flavia de emperadores que lo construyó, se congregaron miles de fieles y curiosos para participar en esta ceremonia que conmemora el camino de Jesús de Nazaret hacia la muerte en la cruz. Este es el cuarto viacrucis en el Coliseo -por donde cada año pasan 6.5 millones de turistas- que preside Francisco, que cumplirá 80 años de edad este año y que no ha llevado la cruz en ningún momento.
En su discurso también hizo autocrítica al denunciar los “ministros infieles que, en vez de despojarse de sus propias ambiciones, despojan incluso a los inocentes de su propia dignidad”. Pero también se refirió a lo que llamó “políticas laicistas” – que según dijo- pretenden eliminar cualquier vestigio de la religión católica en las instituciones públicas.
“Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los que quieren quitarte de los lugares públicos y excluirte de la vida pública, en el nombre de un cierto paganismo laicista o incluso en el nombre de la igualdad que tú mismo nos has enseñado. Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los ladrones y en los corruptos que en vez de salvaguardar el bien común y la ética se venden en el miserable mercado de la inmoralidad entregan a la muerte a cualquier persona”, comentó en otro momento.
Durante las 14 estaciones la cruz fue trasportada por varios fieles de Paraguay, Ecuador, México, Bolivia, Estados Unidos o Siria.
Es el primer servicio religioso al aire libre de Semana Santa del pontífice ante una gran multitud desde los atentados en Bruselas que obligaron a diversos países de Europa a reforzar sus medidas de seguridad.

CEREMONIA DE LA PASIÓN
Medios de comunicación informaron que más temprano, el pontífice presidió este viernes en la basílica de San Pedro la ceremonia de la Pasión de Cristo del Viernes Santo, un rito que se inició con el papa tumbado en el suelo y orando ante el altar mayor de la basílica de San Pedro.
El papa argentino, ataviado con paramentos rojos, llegó al templo vaticano y permaneció dos minutos tumbado sobre una alfombra situada ante el altar bajo donde se cree que están los restos del apóstol San Pedro.
La iluminación en la basílica de San Pedro fue tenue, para generar el clima de recogimiento y penitencia que enmarca esta celebración.








