El enviado especial del Vaticano informó el martes que la Santa Sede establecerá un “servicio de escucha” en Chile para continuar la recolección de testimonios de personas abusadas sexualmente por religiosos.
El arzobispo de Malta, Charles Scicluna, dijo que se tomó la decisión ante la imposibilidad de atender a todas las personas que pidieron ser oídas durante su visita de una semana a Chile, donde la iglesia católica está envuelta en su mayor escándalo tras señalamientos de haber conocido y encubierto casos de abusos.
“Investigar es un deber de justicia. Necesitamos hacer justicia con las víctimas por el bien del país y también de la Iglesia”, señaló Scicluna en una rueda de prensa antes de regresar a Roma.
Scicluna estuvo en una segunda visita en Chile Junto con el presbítero Jordi Bertomue.
En la primera visita tomaron declaraciones a 64 personas, la mayoría abusados sexuales por sacerdotes, y en la segunda llevaron una petición de perdón de Francisco a la sureña diócesis de Osorno, donde también dedicaron muchas horas a escuchar a agredidos que ni siquiera los habitantes de la zona sabían que existían.
“La acogida de las víctimas de abuso debe ser un proceso rector de los procesos eclesiásticos”, afirmó Scicluna, considerado el mejor investigador de abusos sexuales de El Vaticano.
“Lamentamos no poder atenderles personalmente a todos y nos comprometemos a responder por escrito a la brevedad a cada una de ésas comunicaciones”, añadió.
Precisó que se reunieron con cientos de personas en Santiago y agradeció la confianza “que han depositado en nosotros tantas personas que nos han solicitado audiencias o enviado cartas”.
La presencia de los enviados papales incrementó fuertemente la necesidad de muchas personas de contar sus testimonios, ya sea porque no los entregaron nunca, no fueron escuchados o recién sintieron la necesidad de ser oídos.
El receptor de los testimonios orales o por escrito será el Consejo Nacional de la Prevención de Abusos de la Conferencia Episcopal, objeto de múltiples críticas porque en la práctica no previno los abusos y su presidente, obispo Alejandro Goic, renunció en mayo al destaparse un escándalo de abusos con 14 sacerdotes comprometidos en su diócesis de Rancagua.
El arzobispo entregó el correo electrónico y el número de celular que tendrá la oficina que funcionará aledaña a la Nunciatura en Santiago.
Indicó que algunos de los miembros de la Comisión son laicos y que tiene plena confianza en ellos por su preparación y experiencia.
El papa aseguró a fines de mayo que la Iglesia chilena vive hace décadas inserta en una “cultura de abusos y encubrimiento”, de no investigar las denuncias de abusados sexuales por religiosos o hacerlo someramente, de destruir pruebas comprometedoras y dañar más aun a las víctimas por no creerles.
Convocó a los 31 obispos activos a Roma a mediados de mayo y a tres eméritos y en un documento que les entregó en la primera sesión de trabajo señala que el “escándalo” de la Iglesia chilena no se soluciona sólo con remover a sus cabezas, sino que “hay que ir más allá”, atacando las raíces que originaron su crisis.
Hasta ahora Francisco aceptó la renuncia de tres obispos.
