El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, dio este domingo un ultimátum de una semana a la Asamblea Legislativa de mayoría opositora para que apruebe un préstamo para seguridad, clave para el plan nacional de lucha contra las pandillas y epicentro del actual enfrentamiento entre ambos poderes.
Hablando desde una tarima a seguidores y empleados estatales congregados en las cercanías del Congreso para presionar a los legisladores a aprobar el préstamo de 109 millones de dólares, Bukele dijo: "Les pido paciencia, si estos sinvergüenzas (los diputados) no aprueban esta semana el Plan Control Territorial los volvemos a convocar el domingo (que viene)".
El crédito, que será usado para el equipamiento del ejército y la policía, es clave para avanzar en el plan del gobierno contra las violentas pandillas.
Momentos antes de hacer el ultimátum, Bukele ingresó en un hecho insólito al estrado que normalmente ocupa la directiva del Congreso en el salón de sesiones y se dispuso a orar: "La decisión que vamos a tomar ahora la vamos a poner en manos de Dios. Vamos hacer una oración", dijo.
Luego se paró, salió del recinto y se dirigió a sus seguidores afuera del Congreso, a quienes aseguró que durante su oración Dios le dijo que tuviera "paciencia" con los legisladores. Desde su llegada al poder en junio de 2019, Bukele gobierna con una minoría en la Asamblea unicameral.
Cuando el mandatario se presentó al recinto, el Parlamento estaba inusualmente custodiado por efectivos militares provistos de chalecos antibalas y fusiles de asalto M-16.
Militares ingresaron al Salón Azul de la Asamblea Legislativa de El Salvador, donde se espera el inicio de la sesión extraordinaria convocada por el Consejo de Ministros a petición del presidente Nayib Bukele. Fotos: Cortesía/laprensagrafica.com pic.twitter.com/BgnWhHEuwa
— La Prensa Panamá (@prensacom) February 9, 2020
Los medios de comunicación salvadoreños reportaron que elementos de la Unidad de Mantenimiento del Orden y del Ejército irrumpieron en el Salón Azul, del recinto legislativo, ante el asombro de los pocos diputados que atendieron la convocatoria de Bukele para la sesión extraordinaria de este domingo a las 3:00 p.m.
Diputadas como Felissa Cristales, de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA, de ultraderecha), que abogaba por brindarle el apoyo al presidente Bukele, decidió abandonar la Asamblea, ante lo que calificó como un atropello a la “democracia” por parte del Ejecutivo.
El hecho se produjo a pesar de que el presidente de la Asamblea, Mario Ponce, había convocado el sábado a los parlamentarios a sesionar sobre el polémico préstamo el lunes, luego de que fracasara esa noche un intento de celebrar una sesión extraordinaria.
El viernes surgió una confrontación entre Bukele y el Legislativo, cuando el presidente -apoyado en una resolución del consejo de ministros- llamó a la Asamblea a sesionar de manera extraordinaria el fin de semana para aprobar el préstamo.
El mandatario se amparó en el artículo 167 de la Constitución para hacer el llamado urgente al Congreso, pero la Asamblea le respondió que la convocatoria era “improcedente” porque el mencionado artículo solo prevé llamar a sesión extraordinaria en casos de emergencia nacional.
Me gustó ver esos curules vacíos. Se me hizo más fácil imaginarlos llenos de personas honestas que trabajen por el pueblo.
— Nayib Bukele (@nayibbukele) February 9, 2020
Tal vez el 28F, tal vez cuando el pueblo lo decida.
Pidámosle siempre sabiduría a Dios.
Bukele entonces llamó a sus seguidores a apelar al derecho constitucional a la insurrección para reclamar a los parlamentarios por desatender la orden del consejo de ministros.
El presidente recordó que los diputados pueden ser sacados de la Asamblea en las próximas elecciones legislativas que se realizarán el 28 de febrero de 2021. “¿Por qué vamos a poner en duda el verdadero poder del pueblo en la democracia? ¿Por qué vamos a tomar por la fuerza?”, dijo. “Aunque la Constitución les da el derecho y yo no se los voy a impedir, yo les pido paciencia”, añadió. Su audiencia no se tomó a bien el pedido de espera y se repetían varios “no” desde el públic
“Si estos sinvergüenzas no aprueban esta semana el (préstamo para el) Plan Control Territorial, los volvemos a convocar el domingo y le volvemos a pedir a Dios”, condicionó. “Una semana... en una semana nos convocamos acá, los vamos a convocar como Consejo de Ministros y si no aprueban yo no me voy a poner en medio de ustedes y del artículo 87 de la Constitución”, reiteró, refiriéndose otra vez al derecho a la insurrección.
Para los pseudo abogados de los mismos de siempre, que dicen que estamos “interpretando mal” el artículo 167, numeral 7 de la Constitución.
— Nayib Bukele (@nayibbukele) February 9, 2020
Les dejo (adicionalmente) el artículo 64, numeral 2, del Reglamento Interno de la misma Asamblea Legislativa: pic.twitter.com/UNmgYe4p0G
El choque entre los poderes Legislativo y Ejecutivo provocó la preocupación de diferentes sectores en virtud de la intervención de los militares y policías que se sumaron a la posición del mandatario, algo que ocurría desde el fin de la guerra civil en 1992.
El cardenal Gregorio Rosa Chávez advirtió que el país está ante un conflicto evidente con "dos posturas bastante radicales", por lo que instó a las partes a "bajar los niveles de confrontación y volver a los niveles de la racionalidad".
Por su parte, el analista y exministro de Justicia Francisco Bertrand, tras calificar fuera de lugar el llamado de Bukele a la Asamblea, dijo que el país ha vivido la situación “más grave” de las últimas décadas y similar a las que sucedían normalmente en los años 1950 y 1960 durante los regímenes militares.
La Unión Europea expresó en un comunicado la “gran preocupación” que ha causado el “enfrentamiento” entre las instituciones salvadoreñas.
Nuevamente, el embajador de Estados Unidos, Ronald Johnson, hizo un llamado al diálogo y a mantener la calma ante la situación surgida por la convocatoria del presidente Bukele.
Y la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) pidió el "retiro de las Fuerzas Armadas" del recinto legislativo, entre otras medidas, para desactivar la crisis.

Por otro lado, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia está analizando desde ayer las acciones por una posible vulneración del estado de derecho en el país debido a la presión que Bukele y diferentes instituciones del Ejecutivo (Fuerza Armada y Policía Nacional Civil) mantienen contra los diputados de la Asamblea Legislativa para que le aprueben un crédito por $109 millones para el plan Control Territorial que busca combatir a las pandillas.
Las pandillas son responsables de gran parte de la violencia en El Salvador, uno de los países sin guerra más violentos del mundo, con un promedio anual de 35.6 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2019.
(Con información de Prensa Gráfica, El Diario de Hoy)
