El huracán Harvey ingresó a Texas la noche de este viernes 25 de agosto, llevando consigo los vientos intensos y las lluvias torrenciales que hicieron que decenas de miles de habitantes huyeran de la costa del estado con la esperanza de escapar a su furia.
El vórtice de la peligrosa tormenta categoría 4 arribó a la costa alrededor de las 10:00 p.m., informó el Centro Nacional de Huracanes. Con el meteoro encima, decenas de miles de personas huían de su paso, mientras Harvey se enfilaba hacia un área de Texas que incluye refinerías, plantas químicas y la ciudad de Houston, la cuarta más grande del país.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, advirtió que la tormenta causará “un desastre mayor”, y los pronósticos exhibían una escalofriante similitud con las condiciones del huracán Katrina, uno de los más mortíferos en la historia de Estados Unidos.
Harvey alcanzó la categoría 4 el viernes por la tarde, con vientos sostenidos máximos de 215 kilómetros por hora, informó el Centro Nacional de Huracanes. “Sabemos que habrá millones de personas que sufrirán los efectos de esta tormenta”, dijo Dennis Feltgen, portavoz y meteorólogo del Centro. “Rogamos que la gente le haga caso al personal de emergencia y busque refugio rápidamente”.
Al caer la noche, los poderosos vientos ya habían empezado a causar daños en el centro de Corpus Christi, la ciudad más cercana al vórtice de la tormenta. Un bote de basura se desplazó por un estacionamiento detrás de hoteles en el rompeolas.
En la urbe de 325 mil habitantes, un poste de un semáforo había sido derribado y estaba con los cables al aire, pero los focos aún encendían. Azuzado por las cálidas aguas del golfo de México, Harvey se fortaleció con rapidez, al pasar de la categoría 1 en la madrugada a la categoría 4 en la noche.
Su transformación de ser una tormenta sin nombre a un monstruo peligrosísimo llevó sólo 56 horas. Si no pierde fuerza en forma significativa, Harvey será el huracán más poderoso en golpear a Estados Unidos en 13 años.

