Cientos de miles de mujeres vestidas de morado, verde, negro y blanco se apoderaron este domingo del centro de Ciudad de México en una manifestación inédita para reclamar un alto a la violencia de género y los feminicidios que azotan el país.
En el corazón de esta protesta, en el marco del Día Internacional de la Mujer, no cabía ni un alfiler. Jóvenes, madres, niñas, ancianas y familiares de víctimas de feminicidio colmaron las calles aledañas al Monumento a la Revolución y gritaron a una sola voz “¡Ni una más, ni una asesinada más!”.
“Marcho por tantas chicas desaparecidas y para alzar la voz”, dijo a AFP Blanca Martínez, una comerciante de 47 años que sufrió de cerca esta violencia con el asesinato de su nuera.
La multitudinaria marcha, nunca antes vista en el país con temas referentes a las mujeres, estuvo antecedida por una polémica postura del presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien la descalificó al señalar que era promovida por sus adversarios políticos, a quienes llama “conservadores”.
Con consignas como “¡Mujer, escucha, esta es tu lucha!” mientras organizaban batucadas, las manifestantes portaban pañuelos verdes, símbolo de los reclamos por el aborto libre; o de color violeta, que simboliza la batalla contra los feminicidios, en un país que registra 10 asesinatos a mujeres diariamente, según cifras oficiales.
El grueso del contingente avanzó de manera pacífica, aunque pequeños grupos realizaron destrozos, pintadas e intentaron prender fuego a un restaurante a su paso por las calles del centro histórico, donde todos los comercios cerraron sus puertas y los edificios gubernamentales estaban resguardados con vallas metálicas.
Mujeres policías y antimotines utilizaron escudos para replegar a los grupos que intentaban vandalizar otros inmuebles.
La multitudinaria marcha tomó la turística Avenida Juárez rumbo al Zócalo, que lució sin la monumental bandera mexicana que cotidianamente ondea el asta mayor. Ahí, un colectivo feminista ya había pintado sobre la plancha de la plaza pública más importante del país los nombres de cientos de mujeres asesinadas y desaparecidas en México desde 2016 hasta la fecha.
"Venimos porque muchas mujeres no conocen sus derechos, nos sentimos obligadas a apoyar, a aconsejarlas, hay muchas víctimas que hoy en día no tienen abogado", dijo Karla Altamirano, abogada de 33 años que se sumó a la marcha junto con un centenar de colegas.
Desde temprana hora, decenas de mujeres se movilizaron en la comunidad de Nezahualcóyotl, en el vecino Estado de México, la segunda entidad con mayor número de feminicidios en el país, que de acuerdo con el sistema de seguridad pública arrojó 122 casos en 2019.
"¡Vivas se las llevaron, vivas las queremos!" fue una de las rabiosas consignas que las manifestantes lanzaron para pedir justicia por las víctimas.
Otros estados del país como Nuevo León (norte), Puebla (centro) y Veracruz (este), también se sumaron a las masivas manifestaciones. En Guanajuato (centro), la famosa Fuente de las Ranas amaneció teñida de rojo como símbolo del alto número de feminicidios en México.
Las muertes en febrero pasado de una pequeña de 7 años que antes sufrió abuso sexual y de Ingrid Escamilla, una mujer de 25 años cruelmente ultimada por su pareja, desataron la furia e indignación femenina.
La gran marcha del 8 de marzo anticipó la jornada del lunes de #UndíaSinNosotras, que promueve un ausentismo generalizado tanto en el sector privado como público para mostrar el alcance del trabajo de las mujeres y para que sea justamente compensando.
El paro nacional de mujeres en México busca igualmente revertir la creciente ola de asesinatos de mujeres en México, que solo en 2019 registró 1,006 casos, según un cálculo oficial que expertos consideran conservador.