En medio de una acelerada evolución digital en América Latina —donde los pagos digitales han crecido más de un 340% en los últimos seis años, según el BID y Finnovista— y ya representan el 60% del gasto regional, Fiserv reafirma su compromiso con Centroamérica y el Caribe bajo el liderazgo de Jaime Tapia, Country Manager para la región.
Con más de 40 años de experiencia global y 37 en América Latina, Fiserv se posiciona para capitalizar un mercado con transacciones digitales proyectadas a USD $0.3 trillones para 2027, con un crecimiento anual del 29.3%, según el BID.

“El momento que vivimos es histórico”, afirma Tapia. “El efectivo pierde terreno debido al crecimiento y preferencia por pagos digitales, que ofrecen comodidad y eficiencia.” En Centroamérica, el uso de pagos digitales crece significativamente. En el Caribe, República Dominicana destaca con un ecosistema fintech creciendo anualmente 130%, según el BID.
Tapia destaca que “los consumidores exigen pagos más rápidos, seguros y sin fricciones, con personalización, interoperabilidad y experiencia omnicanal”. Las marcas migran a modelos tokenizados que eliminan la entrada manual de datos, mejorando seguridad y fluidez, permitiendo pagos invisibles y adaptables a cualquier canal.
“La tokenización es indispensable para operar en el ecosistema digital,” dice Tapia, “cumpliendo estándares internacionales como PCI DSS y normativas locales que exigen trazabilidad, autenticación biométrica y monitoreo.” Los gobiernos avanzan en marcos regulatorios para interoperabilidad e inclusión financiera, con ejemplos en Colombia y Chile. “Cada mercado tiene características únicas que demandan estrategias diferenciadas”, señala Tapia. En Guatemala hay liderazgo en ingresos digitales; en Panamá y Costa Rica, el enfoque es interoperabilidad e inclusión financiera.
Fiserv se posiciona como catalizador del cambio, apostando por un futuro tecnológico financiero impulsando inclusión, crecimiento y competitividad.
