Los fondos buitre han conseguido apoderarse de créditos valorados en más de 67 mil 300 millones de dólares en los últimos tres años. Esto ha sido posible gracias al control que han ejercido sobre importantes cantidades de deuda empresarial e hipotecaria.
El origen de los fondos buitre tuvo lugar en Reino Unido con la venta de una cartera de hipotecas del liquidado Anglo Irish Bank que superó el valor de 6.4 millones de dólares. A partir de entonces este tipo de fraude se convirtió en algo habitual.
Se trata de fondos especulativos engañosos que manejan grandes fortunas o fondos de pensiones de grupos de ahorradores. Se dedican a comprar bienes al precio más reducido posible para después venderlo a otros inversores y así conseguir una alta rentabilidad, de esta forma podrán invertir en un breve periodo en nuevos activos con los que volver a obtener un enorme beneficio.
Suelen tener como principal objetivo mercados convalecientes, donde los propietarios prefieren malvender a seguir acarreando pérdidas. “La mayor parte de ellos tiene la intención de comprar a precios bajos y vender en un periodo de 12 o 24 meses consiguiendo en torno a un 20% de rentabilidad”, señala Fernando Acuña, socio director de Taurus Ibérica.
España se ha consolidado como uno de los países que más atraen este tipo de inversiones después de Reino Unido y Alemania. Según la consultora inmobiliaria CEBRE, se han invertido en este tipo de fondos más de 21 mil millones de dólares en los últimos dos años. En julio de 2013, la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS) vendió a Magic Real Estate-Blackstone Group Internacional Partners por la cantidad de 14 millones de dólares. A los vecinos afectados les hicieron contratos de tres años y les subieron el alquiler en un 40%.
Otro país que se vio afectado por estos fondos especulativos fue Argentina. En este caso consiguieron hacerse con bonos argentinos por valor de 53 millones de dólares en 2008, pero la deuda ascendió y la sentencia dictaminada por la Corte de Estados Unidos, ha obligado al país sudamericano a pagar 832 millones de dólares a estos fondos. Pero, según declaró Daniel Filmus, representante argentino en la Unesco, existen dos factores con los que se podría conseguir una educación de calidad; uno de ellos es controlar y reducir la carrera armamentística en la que participa Argentina y otro es acabar con los fondos buitre.
