Panamá, dile no al discurso de odio, discriminación y a la exclusión



El discurso de odio tiene como objetivo principal transmitir y promover el rechazo de un grupo social, a través de connotaciones peyorativas o discriminatorias que atentan contra la dignidad de las personas. Muchas veces incitan a la violencia: insultos, acoso, hostigamiento, agresiones y asesinatos.

Estos discursos de odio tienen como objetivos la propagación de la discriminación: el racismo (antisemitismo), xenofobia, sexismo, homofobia, transfobia, aporofobia u otras. Quiere decir que se atacan a las minorías tradicionalmente discriminadas en el mundo.

Las causas de las discriminaciones son varias:

•Hacer de estos grupos un chivo expiatorio en tiempo de crisis.

•Promover ideologías políticas fascistas: el nazismo, la ultraderecha y otras.

•Miedo generalizado a lo desconocido, a los cambios.

•Un fanatismo religioso que lleva a tener creencias religiosas discriminativas.

•Prejuicios y estereotipos culturales generacionales.

El discurso de odio tiene algunas características que lo distinguen completamente de la “libertad de expresión”, y estas son:

•Que es un discurso contra un grupo históricamente discriminado.

•Atenta contra la dignidad humana, al atribuirle características denigrantes al otro grupo.

•Existe la intencionalidad de dañar a un colectivo específico, enfatizando lo negativo.

•Existe un criterio de malignidad, cuando se insinúa que el grupo es dañino para la sociedad.

Infelizmente, se siguen utilizando las herramientas inspiradas por Goebbles, que son:

•Comparar al otro grupo con animales o cosas, para poder rechazarlos fácilmente.

•Hacer del otro grupo un chivo expiatorio para que cargue con las frustraciones de la sociedad.

•Manipular la información y repetir una mentira varias veces hasta que la mayoría se la crea.

•Hacer uso de los medios de comunicación masivos para transmitir la desinformación.

•Utilizar la difamación, la manipulación, los fakes news, las distorsiones y la victimización.

Después de la II Guerra Mundial, el psicólogo Gordon Allport investigó sobre la discriminación y el discurso de odio, y concluyó que este sigue un camino ineluctable:

1.El discurso de odio.

2.El rechazo y exclusión.

3.La discriminación.

4.Diversas formas de agresión.

5.Asesinatos y exterminio.

Las consecuencias de este discurso de odio son varias:

A nivel individual, provoca el acoso u hostigamiento de las personas, se internaliza el discurso de odio, esto llega a afectar la autoestima, crea trastornos de ansiedad, depresión e ideaciones suicidas.

Al nivel social, genera actitudes agresivas, prejuiciosas de discriminación que llevan al rechazo, la discriminación -privando al otro de recursos, oportunidades o derechos- y por último a la violencia, que se inicia con difamaciones, insultos, vandalismo, profanaciones, y que pueden llevar a agresiones, asesinatos, exterminios o genocidios (ej: el holocausto, Ruanda).

Basta que se encuentren los dos elementos necesarios: por un lado los prejuicios, estereotipos, discriminación de un grupo de una sociedad acrítica, carente de educación e información y por otro lado, la voluntad política de algunos para ganar audiencia, y voilà! Los elementos para que se dé la explosión final.

Por eso es importante contar con una legislación antidiscriminatoria que tipifique el “discurso de odio”. Las legislaciones internacionales han establecido que para que se dé un discurso de odio es necesario tomar en cuenta: la protección del honor y reputación de las personas, la protección de las minorías vulnerables, la protección del orden público y la seguridad nacional (ningún discurso que pueda generar violencia), la protección de la sociedad democrática, del respeto a la dignidad humana, la protección de los derechos y libertades individuales, el respeto a los valores democráticos de: tolerancia, igualdad frente a la ley, y la paz; más aún, si se trata de una personalidad pública o política cuyo discurso debe proteger la paz social y la democracia.

La autora es psicóloga y profesora en ciencias políticas

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