Ya pasó un mes desde que la nueva Asamblea tomó posesión y nada que conforman las comisiones. Y sin comisiones, no hay trabajo. No hay leyes. No hay fiscalización. No hay justificación para cobrar el salario que, por supuesto, cobran completito.
¿Y por qué no las han conformado? Porque el PRD y Realizando Metas no quieren soltar el control. Estiran la cuerda para ver cómo controlan al gobierno desde adentro, como siempre. Las oficinas VIP del PRD y de Dana Castañeda son extorsión institucionalizada. Y eso es solo un ejemplito.
Mientras tanto, más de 70 anteproyectos de ley duermen en la gaveta. El gobierno ya presentó el presupuesto para el próximo año, por $34 mil millones. Tienen que empezar con las vistas presupuestarias de 96 instituciones, paso clave para tener un presupuesto decente.
Y no han avanzado en ratificaciones clave, como la del Tribunal Tributario. Antes de fin de año, además, se deben designar dos nuevos magistrados de la Corte.
Y mientras todo eso se acumula en el congelador, el conflicto sigue siendo el de siempre: una guerra de poder. RM, con 15 diputados, le reclama espacios al Panameñista, que tiene ocho. Y entra Seguimos, que por ley tiene derecho a representación. ¿La jugada de RM y PRD? Dilatar. Por eso mandaron a Bolota a la Corte a impugnar a Seguimos. Para disolverla y quedarse con más sillas.
Las comisiones clave —Presupuesto, Credenciales y Gobierno— siguen en el limbo. ¿Y eso por qué importa? Porque ahí se juega el poder real. En Presupuesto, el pulso es por la presidencia. PRD, RM y algunos CD aliados buscan ocho votos para devolverle el trono a Benicio Robinson. Pero no los tienen. La otra opción es Julio de la Guardia, del “opositor” CD, que en teoría sí tiene los votos. ¿Alguno acabará con los chantajes, las prebendas y los cuartitos? Ja.
En Credenciales, RM y PRD tienen cuatro votos. Quieren meter a Dana Castañeda o a Bolota como presidente. Buscan un quinto, tal vez de la mixta. Si gana Bolota, él será el filtro de denuncias contra magistrados, el presidente o reformas internas. ¿Se imaginan al investigado por agredir a un colega decidiendo si se sanciona a sí mismo? ¿O al esposo de una abogada de Martinelli juzgando a quienes investigan a Martinelli y de paso a él?
En Gobierno, a Vamos le tocaba presidir. Pero RM y PRD quieren poner a Camacho. ¿Para qué? Para impulsar una amnistía que perdone a Martinelli y compañía por Odebrecht, Blue Apple y lo que venga. Esa comisión ve reformas al código penal, civil y electoral. Se les hace agua la boca. Las comisiones no son una bobada. Son el primer filtro de toda ley. El presidente de cada una decide si un proyecto vive o muere. ¿Quieres una ley anticorrupción? ¿Y si quien la decide vive de la corrupción?
Mientras tanto no se discuten leyes, no se ratifican cargos, no se revisan presupuestos. Eso cuesta plata, paz social y competitividad. Mientras ellos pelean por sillas, hay escuelas rotas, basura acumulada y empresas esperando resoluciones fiscales.
Y el problema es más grave todavía, porque Jorge Herrera se sentó el jueves con el PRD a negociar. Y ojo, el problema no es negociar, sino qué negocian. Llegaron a un acuerdo preliminar en el que cederían las presidencias de las comisiones como lo acordaron con Vamos, a cambio de ceder el control de la comisión. ¿Cómo? Dejándolos nombrar a un diputado más, el quinto voto, que sería el decisivo. Y al final la decisión la determinan los votos, no el presidente. Todo esto se resuelve si votan en el pleno. Escogen los miembros. Luego las directivas. Dos votaciones. Dejen el capricho y la sed de poder. Voten. Conformen las comisiones y trabajen.
Panameñistas, Vamos: ustedes dijeron que venían a cambiar las cosas. Perder algunas votaciones es parte del juego. Pero actúen. Y la próxima vez, negocien mejor antes de llegar a acuerdos. Las comisiones no son secundarias. Son el corazón del poder legislativo. Por eso hay que conformarlas. Lo demás es show.

