Demetrio Honorato Brid (1859–1917) fue una figura clave —aunque por mucho tiempo injustamente relegada— en el proceso de independencia de Panamá de Colombia en 1903. Su papel, breve pero decisivo, le otorga el título de presidente de facto del Istmo y primer jefe civil del Estado panameño, garante de la legalidad y la continuidad institucional entre dos épocas históricas.
El contexto histórico
A comienzos del siglo XX, Panamá era aún un departamento de la República de Colombia. Las tensiones entre el Istmo y el gobierno central se habían agravado, sobre todo tras el rechazo del Tratado Herrán–Hay, que habría permitido la construcción del Canal Interoceánico por Estados Unidos bajo soberanía colombiana.
El rechazo del tratado fue visto en Panamá como una traición al progreso y una muestra del desdén del centralismo bogotano hacia las aspiraciones del pueblo istmeño. En ese ambiente de frustración y deseo de autonomía surgió el movimiento separatista, liderado por José Agustín Arango, Manuel Amador Guerrero y otros patriotas.
El papel de Demetrio H. Brid
En 1903, Demetrio H. Brid era presidente del Concejo Municipal de Panamá, el más alto órgano civil del Istmo. Cuando el 3 de noviembre de 1903 se produjo la separación de Colombia, y tras la neutralización de las fuerzas militares leales al gobierno central por parte del general Esteban Huertas, se generó un vacío de poder. Fue entonces cuando Brid, con serenidad y sentido del deber, asumió la autoridad civil suprema en virtud de la ley.Como máxima autoridad legítima, garantizó el orden público y la transición política, preservando la institucionalidad frente a la incertidumbre.
El 3 de noviembre de 1903 convocó al Concejo Municipal de Panamá, proclamó oficialmente la independencia del Istmo y reconoció al Gobierno Provisional de la República de Panamá, presidido por Manuel Amador Guerrero. Con ese acto, Brid selló la transición de un régimen a otro sin ruptura jurídica ni caos político, asegurando la legitimidad del nuevo Estado ante el mundo.
Su liderazgo no fue producto de la ambición, sino del deber cívico y del respeto a la ley. Fue el puente entre el viejo orden colombiano y la naciente República soberana: el hombre que dio forma civil al sueño de independencia y garantizó la estabilidad institucional del país en sus primeros días de existencia.
Legitimidad y trascendencia
Aunque su autoridad fue de corta duración, tuvo pleno fundamento jurídico y moral. En ausencia de un poder ejecutivo o legislativo efectivo, el Concejo Municipal representaba la voz civil del Istmo, y su presidente —Demetrio H. Brid— tenía la responsabilidad de mantener el orden y la gobernabilidad.
Por ello, la historia lo reconoce como el último presidente del Istmo bajo Colombia y el primer jefe de Estado panameño, figura indispensable en el tránsito hacia la soberanía nacional.
Semblanza biográfica
Nacido en la ciudad de Panamá en 1859, Demetrio Honorato Brid creció en un entorno donde el civismo, la educación y la rectitud eran virtudes esenciales. Su vida pública se distinguió por la discreción, la honradez y el profundo respeto por la ley. Su carrera política se desarrolló principalmente en el ámbito municipal, donde ejerció cargos de confianza y compromiso social. En él predominó siempre la visión de que la autoridad debía estar al servicio del pueblo y no del interés personal.
Durante los días decisivos de noviembre de 1903, su temple, prudencia y visión jurídica evitaron que la independencia se tiñera de violencia o desorden. Fue un patriota sin estridencias, pero de una firmeza serena que encarna la esencia del ciudadano republicano.
Legado y símbolo nacional
Hoy su nombre se pronuncia con respeto entre los fundadores de la Patria. Demetrio H. Brid representa el rostro civil y moral de la independencia, el símbolo de la transición ordenada, del deber cumplido y de la patria nacida bajo el amparo de la legalidad.
El autor es especialista en ciencias sociales.


