Exclusivo Suscriptores

El mono tití y la planeación urbana

El mono tití y la planeación urbana
Un mono tití en el Zoológico El Níspero en El Valle de Antón. Foto: Alexander Arosemena

Panamá está creciendo en todas las direcciones más rápido que casi cualquier país de la región. Cada año se levantan nuevos edificios, las áreas verdes se reducen y lo que antes eran zonas tranquilas de bosque ahora se mezcla con el ruido de la construcción. Esta expansión acelerada suele celebrarse como un signo de progreso —y en parte lo es—, pero trae consigo un costo oculto del que casi nunca hablamos. La pérdida del mono tití, una de las especies nativas más emblemáticas de Panamá, revela exactamente lo que está en juego cuando el crecimiento urbano supera la planificación ambiental.

El mono tití es el primate más pequeño de Panamá y un símbolo de nuestra biodiversidad. A pesar de su presencia cultural en relatos locales y en escuelas, muchos panameños no saben lo vulnerable que se ha vuelto esta especie. A medida que ciudades como Panamá y Panamá Oeste se expanden, el hábitat del mono tití se fragmenta en pequeños parches verdes separados por calles, edificios y cercas. Como explica Christoph Heni en su artículo “Persisting is not enough”, estos monos son altamente sociales y dependen del dosel del bosque —las copas de los árboles conectadas— para sobrevivir.

La urbanización continúa acelerando. Parches de bosque que antes servían como puentes naturales entre poblaciones de monos están desapareciendo. La especie aún no está oficialmente en peligro, pero las tendencias indican que, si seguimos construyendo como ahora, pronto podría estarlo, junto con muchas otras en la misma trayectoria. La ventana para actuar es pequeña, pero aún existe.

Lo que convierte al mono tití en un ejemplo tan poderoso es que vive justo donde nuestros problemas son más evidentes: en la intersección entre la vida silvestre y la ciudad. La salud del mono tití refleja la salud de nuestros ecosistemas urbanos.

Afortunadamente, las soluciones están a nuestro alcance. Ciudades alrededor del mundo ya han adoptado modelos de los que Panamá puede aprender. Los corredores biológicos —franjas conectadas de árboles que permiten el movimiento seguro de animales— han sido efectivos en países como Costa Rica y Colombia. Medidas simples como conservar árboles maduros durante la construcción, limitar la tala innecesaria y aplicar zonas de amortiguamiento verde pueden marcar una enorme diferencia. Incluso los puentes de dosel o cruces de cuerda para carreteras han ayudado a pequeños primates a sobrevivir la expansión urbana en otros países.

Panamá tiene la capacidad científica y el interés comunitario para hacer lo mismo. Lo que falta es impulso político y presión ciudadana. Los estudios de impacto ambiental a veces se tratan como trámites burocráticos en lugar de herramientas significativas. Los planificadores, en ocasiones, cumplen solo con lo mínimo requerido en vez de adoptar mejores prácticas sostenibles. Y como ciudadanos, pocas veces exigimos planificación a largo plazo por encima de la conveniencia inmediata.

Pero el cambio se vuelve posible cuando el público reconoce lo que se está perdiendo. Proteger al mono tití no se trata solo de salvar una especie, sino de repensar cómo construimos nuestras ciudades para que la naturaleza tenga espacio para coexistir con nosotros. El desarrollo urbano y la conservación ambiental no tienen por qué ser opuestos. Podemos optar por un modelo de crecimiento que incorpore biodiversidad en lugar de competir con ella.

Mientras miramos hacia el futuro, enfrentamos una decisión. ¿Seguiremos expandiendo sin dirección, arriesgándonos a perder las especies que hacen único a nuestro país? ¿O adoptaremos un modelo de crecimiento que valore las áreas verdes, los corredores ecológicos y la fauna que depende de ellos?

Miles de especies no pueden hablar por sí mismas. Pero su presencia —o su ausencia— hablará por nosotros. Si permitimos que desaparezca, permitimos que algo esencial de Panamá desaparezca con él. La responsabilidad de proteger nuestro hotspot de biodiversidad está en nuestras manos.

La autora es estudiante de bachiller en Ciencias Ambientales.


LAS MÁS LEÍDAS

  • Naviferias 2025: el IMA anuncia horarios y lugares del 15 al 19 de diciembre. Leer más
  • CSS anuncia pago de pensiones y bonos especiales a jubilados el 19 de diciembre. Leer más
  • Del poder a los tribunales: los casos que cercan a altos funcionarios del gobierno de Cortizo. Leer más
  • Gobierno anuncia acuerdo sobre salario mínimo: así quedarán algunas tasas por regiones. Leer más
  • Emiten alerta epidemiológica por aumento de influenza A en la región. Leer más
  • El rol de Ramón Carretero en el envío de petróleo venezolano a Cuba. Leer más
  • Sábado picante: Una pobre víctima. Leer más