Un proyecto en la calzada de Amador, que incluye una zona de recreación comercial, un muelle privado y un rompeolas, ha recibido concesiones de tierras y del fondo marino sin pasar por un proceso público, concurso o licitación. Además, la empresa beneficiada ha sido exonerada parcialmente del pago por el arrendamiento del fondo marino. Estas áreas, situadas en uno de los puntos más valiosos y estratégicos de la capital, con un gran potencial turístico y en la entrada del Canal de Panamá, estaban originalmente destinadas a una estación aeronaval del Ministerio de Seguridad, lo que hace aún más cuestionable la decisión del Estado. ¿Cómo puede alguien con contactos y poder en el sector marítimo de Estados Unidos recibir concesiones bajo condiciones tan favorables? Este caso parece ser un claro ejemplo de tráfico de influencias, donde las conexiones y el poder prevalecen sobre el interés público, evidenciando una preocupante falta de transparencia en las decisiones del Estado.
Hoy por hoy: Concesiones en Amador, ¿tráfico de influencias?
01 oct 2024 - 05:05 AM