Hoy se cumplen 40 años del asesinato de Hugo Spadafora, crimen que simboliza la brutalidad de la dictadura militar. Su desaparición truncó la vida de un médico y opositor valiente, pero también abrió un capítulo de indignación que, dos años después, encendió la chispa de la Cruzada Civilista.
El estreno del documental La Cruzada Civilista por la Justicia, Libertad y Democracia llega en un momento oportuno. Nos recuerda que la democracia panameña no fue un regalo ni un accidente, sino la conquista de una sociedad organizada que supo enfrentar la represión con camisetas blancas, periódicos clandestinos y la voz colectiva de quienes decidieron no callar más.
Los valores que animaron la cruzada –unidad, valentía, consenso y resistencia pacífica– siguen siendo actuales. Hoy, como entonces, la democracia se sostiene en la memoria y en la participación ciudadana. Recordar a Spadafora es evocar que el grito de “prohibido olvidar” aún nos interpela.
