La elección del 5 de mayo de 2024 se perfila como una batalla asimétrica, donde los candidatos independientes lucharemos contra viento y marea contra las ventajas de los partidos políticos.
Desde el inicio del calendario electoral, nos enfrentamos a reglas injustas que reflejan una inequidad abismal promovida por el código electoral. Un ejemplo contundente es el hecho de que los partidos PRD, CD, Panameñista y Realizando Metas han decidido no someter a elección interna más de 800 cargos.
Entre estos cuatro partidos, el que menos espacios ha reservado es el Partido Revolucionario Democrático (PRD), con un total de 28 reservas para diputados, 22 para alcaldes y 64 para representantes de corregimientos. Esto suma un total de 114 nóminas que serán seleccionadas exclusivamente por la dirigencia del PRD, sin someterse a elecciones internas.
En el caso particular del PRD, estos cargos reservados no son de menor relevancia, ya que incluyen las alcaldías de Panamá, Colón y San Miguelito, así como la diputación del circuito 1-1, actualmente ocupada por Benicio Robinson, y los espacios actualmente ocupados por los representantes Mario Kennedy, Yoira Perea y Ramón Ashby, quienes han sido condenados penalmente y cuentan con sentencias en firme.
Los demás partidos políticos con más de 200,000 inscritos han distribuido sus reservas de la siguiente manera: Cambio Democrático ha reservado 223 cargos, el Panameñista ha reservado 226 y Realizando Metas, 274. De esta forma, Realizando Metas se destaca como el partido grande con la mayor cantidad de puestos que serán seleccionados directamente por la dirigencia del partido.
Mientras tanto, aproximadamente 1,600 precandidatos emprendimos una misión titánica: recolectar firmas en nuestras circunscripciones. De casa a casa y de persona en persona, durante un año completo, enfrentamos no solo las inclemencias del tiempo, sino también el desánimo, la falta de recursos y los prejuicios promovidos por los mismos políticos que se postularán para la elección sin haber participado en una competencia interna dentro de sus partidos.
Entre todos los precandidatos, 750 de nosotros logramos alcanzar la meta y ahora figuramos como candidatos independientes en las papeletas de las elecciones de 2024.
En cuanto al subsidio electoral, de los $54.5 millones destinados, los partidos políticos se apropian de la abrumadora cantidad de $50.6 millones. Dentro de este vasto monto, $38 millones son reservados exclusivamente para aquellos partidos que participaron en la elección de 2019, quienes reciben la generosa suma de $25 por cada voto obtenido en esa elección.
En contraste, los candidatos independientes que aspiran a los cargos de representantes, alcaldes y diputados, recibiremos una remuneración de apenas $1.40 por cada firma obtenida durante el periodo de recolección, el cual, en su mayoría, se financió a través de contribuciones personales.
En el caso de los candidatos independientes que aspiramos al cargo de diputado en circuitos plurinominales, no contamos con la opción de ser respaldados por ningún partido político. En contraste, los candidatos de partidos tienen la posibilidad de figurar en dos o más casillas el día de las elecciones.
Esta diferencia significa que carecemos de la oportunidad de establecer alianzas y competir por el residuo electoral, aprovechando los votos obtenidos en otras casillas. Actualmente, se encuentra pendiente una demanda de inconstitucionalidad ante el pleno de la Corte Suprema de Justicia, que está evaluando esta medida discriminatoria que coloca en desventaja a los candidatos independientes en comparación con los candidatos de partidos.
Mientras algunos candidatos llegan a la elección de forma exprés y premium, sin pasar por primarias, con un mayor respaldo de financiamiento público y teniendo la posibilidad de aparecer en la casilla de dos o más partidos, los candidatos por libre postulación tenemos que confiar en nuestro caminar y en las miles de personas que nos honraron con su firma durante el periodo de precampaña, que en muchos casos supera la cantidad de votos obtenidos en las primarias por los candidatos de partidos políticos a los mismos puestos.
Por su parte, los ciudadanos tienen la oportunidad de desafiar estas injusticias en las urnas, apoyando a líderes comunitarios probados que han tomado el camino más difícil para presentarse a la elección.
El autor es miembro de la Fundación Libertad y candidato a diputado por libre postulación
