La escasez define la economía



El precio de cualquier cosa en un mercado libre es el punto de equilibrio entre consumo y producción, lo que pagará el comprador versus lo que el vendedor necesita para producir.

Uno de esos bienes escasos es el dinero, que es ni más ni menos que un objeto que generalmente se acepta como pago de bienes y servicios en un país o contexto socioeconómico particular. Por ejemplo, si hay un exceso de dinero circulando, este casi no vale nada; a este fenómeno económico lo conocemos como inflación. Pero si es demasiado escaso, es probable que se devalúe si los gobiernos emiten más de este.

La deuda es causada por la escasez de dinero. La gente pide prestado lo que no tiene y está dispuesta a pagar ese préstamo con intereses. Eso tiende a concentrar el dinero en manos de quienes lo tienen para prestar. Cualquier tipo de inversión requiere dinero o capital que pueda convertirse en más dinero mediante préstamos. Las inversiones exitosas tienden a generar riqueza. Quienes no pueden invertir no tienen la oportunidad de generar riqueza.

Cuanto más libre es el mercado, más tienden sus efectos a concentrar la riqueza. No hace falta ningún tipo de conspiración para explicarlo, es un resultado sui generis. El capital genera más capital, lo que a su vez genera más crecimiento económico. Una marea creciente levanta a todos los barcos. A todos les va mejor, pero a los ricos les va mejor más rápido.

En un intento por moderar las desigualdades en el sistema de libre mercado, el gobierno crea reglas y restricciones, incluidos los impuestos. Desafortunadamente, el jugador experto puede burlar estas reglas y limitaciones. Una forma de hacerlo es pervertir el propio proceso de elaboración de normas. Eso se llama corrupción y es endémica en todo sistema económico.

La economía de libre mercado es un concepto teórico en el que hay un gran número de compradores y vendedores libres de moverse bajo las fuerzas del mercado. No existe en la realidad, a menos que sean dentro de comunidades muy pequeñas, ya que, de hecho, en casi todas hay restricción en el número de vendedores. Mientras mas grande es un mercado, irónicamente menos libre es.

En un mercado puramente libre y sin regulación alguna, los clientes serían engañados continuamente, se evitaría la competencia siempre que fuera posible y los beneficios sólo se reinvertirían si hay ganancias adicionales que obtener. El resultado inevitable no es ni más ni menos que la explotación salvaje de los empleados, los clientes, la naturaleza y la sociedad con el único fin de maximizar las ganancias para los inversores. Un clásico literario como Oliver Twist de Charles Dickens retrata como es el verdadero capitalismo.

Quienes que suelen hacer más defensa pública del “libertarismo” suelen siempre ser, en la realidad, los mayores beneficiarios de subsidios, “auxilios económicos”, protecciones arancelarias y privatizaciones. En América Latina y el Caribe siempre ha sido muy obvio.

El autor es economista.


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