La comunidad de jubilados de la antigua Zona del Canal de Panamá enfrenta uno de sus periodos más difíciles desde la entrada en vigor de los Tratados del Canal de Panamá. Con la publicación de las nuevas tarifas del Plan de Beneficios de Salud del Área del Canal de Panamá (PCABP) para 2026 por la Oficina de Administración de Personal (OPM), este plan se encuentra en una encrucijada existencial.
Los aumentos de primas anunciados para el año fiscal 2026 no son simplemente un ajuste inflacionario; representan un cambio sísmico que amenaza la estabilidad económica de miles de familias que dedicaron su vida al servicio del gobierno federal en Panamá.
El ‘shock’ de las tarifas 2026
Para entender la magnitud del problema hay que mirar los números fríos. Bajo la administración actual, la OPM ha dado luz verde a incrementos en el programa de beneficios de salud (Federal Employees Health Benefits) que promedian 12.3%. Sin embargo, para el colectivo del Canal de Panamá la realidad es mucho más dura.
Los reportes indican que la cuota del asegurado (enrollee share) para el plan de salud sufrirá un aumento desproporcionado, catalogado por analistas federales como el más alto de todo el sistema para 2026, con alzas que en algunos casos rozan el 139%. En términos monetarios, esto se traduce en un costo adicional anual que supera los 4,600 dólares para muchas familias. Para un jubilado que vive de una pensión fija, este golpe es devastador: equivale a perder uno o dos cheques de pensión completos al año solo para mantener la misma cobertura de salud.
¿Por qué ahora?
La responsabilidad política recae sobre la actual administración. La retórica de austeridad fiscal ha creado un ambiente donde los subsidios cruzados y las protecciones especiales para grupos pequeños y cerrados, como el PCABP, son vistos con lupa. Al ser el PCABP un plan “cerrado” —sin nuevos empleados jóvenes que ingresen para balancear el riesgo—, la población asegurada envejece y los costos médicos aumentan. Sin una intervención política directa para proteger este legado histórico, el plan está siendo forzado a autofinanciarse a costos insostenibles.
Medidas para contener este tsunami
Durante los últimos meses se han hecho gestiones solicitando asistencia a la Presidencia de la República y al Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá; se conversó con el embajador de Panamá en Washington con el mismo propósito, y se visitó el Congreso de los Estados Unidos solicitando apoyo mediante subsidios. Todos los esfuerzos se emprendieron porque existe un compromiso moral, derivado de los tratados, tanto de Estados Unidos como de Panamá con los empleados del Canal de Panamá. Aún están a tiempo ambos gobiernos para hacer justicia a quienes dedicaron los mejores años de su vida a la operación segura del Canal.
Llega The Redbridge Group
Sumado al terremoto financiero, el plan enfrenta una transformación administrativa mayor. A partir del 1 de enero de 2026, la administración del plan pasará de manos de AXA Assistance a The Redbridge Group. Este cambio no es menor. AXA había sido una figura familiar durante años, y los jubilados ya conocían las reglas del juego.
Redbridge es conocido en el mercado de seguros internacionales por su eficiencia, control de costos y gestión de casos. Lo que se busca con el cambio son ahorros sustanciales en la administración del plan.
Impacto en la calidad de vida
El aumento de las primas coincide con un costo de vida creciente en el país. Los jubilados, que históricamente han sido un motor económico estable en sus comunidades, verán drásticamente reducido su ingreso disponible. Esto podría obligar a muchos a tomar decisiones imposibles:
Abandonar el plan: migrar a seguros locales o depender exclusivamente de la Caja de Seguro Social (CSS), saturando aún más el sistema público panameño. Sin embargo, los planes privados no reconocen enfermedades preexistentes, lo que complica la situación de una población envejecida.
El éxodo: algunos jubilados podrían inscribirse en planes de salud federales con el propósito de retornar al PCABP cuando esta tormenta pase.
Conclusión
Es previsible que, si el gobierno en Washington no restituye los subsidios al menos a niveles históricos, se produzca una marejada de nuevos beneficiarios del sistema panameño de seguridad social, con todas las implicaciones que ello conlleva. En Dios y en la sabiduría humana confiamos.
El autor es expresidente de la Asociación de Jubilados del Área del Canal.

