Vivimos en una era marcada por el flujo constante de información digital, donde las noticias se propagan a una velocidad sin precedentes. Sin embargo, junto con este progreso, ha emergido una amenaza creciente: las noticias falsas y los deepfakes, dos fenómenos que desafían nuestra capacidad de discernir la verdad de la ficción y que tienen un impacto profundo en la sociedad, la economía y la democracia.
Las noticias falsas son contenidos deliberadamente engañosos, diseñados para parecer auténticos, mientras que los deepfakes son manipulaciones audiovisuales hiperrealistas creadas mediante inteligencia artificial, capaces de imitar de manera convincente la voz y el rostro de una persona real. Ambos fenómenos comparten el objetivo de manipular y distorsionar la realidad.
El Informe de Noticias Digitales 2024, del Reuters Institute, reveló que el 59% de los encuestados a nivel mundial expresó preocupación por la desinformación en línea.
Por segundo año consecutivo, la desinformación y la información errónea encabezan la lista de riesgos globales más graves para los próximos dos años, según el Foro Económico Mundial.
Estos procesos de desinformación, cada vez más frecuentes en el mundo y en Panamá, afectan directamente la cohesión social y la democracia. El informe subraya que la propagación de información falsa puede socavar la confianza en las instituciones gubernamentales y profundizar las divisiones dentro y entre las naciones.
La desinformación está estrechamente vinculada con otros riesgos globales, como la polarización social, la inseguridad cibernética y los efectos adversos del uso irresponsable de tecnologías basadas en inteligencia artificial.
Un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), publicado en la revista Science, reveló que las noticias falsas tienen un 70% más de probabilidades de ser compartidas en redes sociales que las verificadas, principalmente porque apelan al miedo, la ira o el asombro, lo que las vuelve irresistibles para los usuarios.
La rápida propagación de fake news y deepfakes se debe, en gran parte, a las dinámicas propias de las redes sociales y plataformas digitales. Entre ellas destacan los algoritmos de recomendación, que priorizan el contenido que genera mayor interacción. Esto implica una velocidad de difusión tal que, en cuestión de minutos, una noticia falsa puede alcanzar a millones de personas.
Para protegernos de esta amenaza, es crucial desarrollar habilidades de pensamiento crítico y utilizar herramientas de verificación de fuentes. Es fundamental que la ciudadanía tome conciencia sobre la importancia de no compartir información sin confirmar su veracidad, y que apoye plataformas comprometidas con la transparencia en sus algoritmos y con una moderación responsable de contenidos.
Combatir las fake news y los deepfakes requerirá una combinación de educación pública, regulación tecnológica y avances en inteligencia artificial que permitan detectar y frenar estos contenidos de manera efectiva. Además, las empresas tecnológicas deben asumir su responsabilidad en el control de contenidos, y los usuarios deben fortalecer su conciencia crítica al consumir información.
El autor es fundador de Semiotik Consulting. Experto en reputación corporativa, comunicación estratégica y manejo de crisis.