El ambiente festivo que provocó la clasificación de la Sele al Mundial se ha visto opacado por acciones del establishment que generan desasosiego y perturban la tranquilidad de los ciudadanos. Estamos en medio de una difícil relación entre dos superpotencias antagónicas y nos encontramos donde cualquier chispa le prende fuego al rancho.
Es difícil imaginar que un número reducido de parlamentarios pudiera, inconscientemente, tomar esta decisión y azuzar la candela para crear desestabilización a nivel mundial. Se le cumplió el vaticinio del Mero Macho de que se prendería el país por las cuatro esquinas, y mucho más allá. Increíble que no se hayan percatado de que Panamá rompió relaciones con Taiwán hace más de ocho años, reconociendo a una China unificada.
Para cuando se publique el presente escrito sabremos si los parlamentarios fueron, están o regresaron del controversial viaje a Taiwán, pero de todas formas hay que analizarlo, ya que pareciera difícil de creer que el mismo haya sido programado por iniciativa propia. ¿Será que también buscan enriquecer su cultura visitando lugares desconocidos, turistear al mismo tiempo y hacer su shopping?
Los viajeros están desafiando al Mero Macho, quien ha censurado dicho viaje expresando: “Mi gobierno no avala ese viaje”.
El tamborito se enciende cuando la embajada de la República Popular China contacta directamente a estos parlamentarios para exigir la cancelación de su viaje, acusándolos de violar el principio de “una sola China”. Esto se parece mucho a las visas por parte de Gringolandia, que indican que son derechos discrecionales, unilaterales y revocables, pero no nos quejamos de esto. En cambio, si la embajada de China indica que no son bienvenidos, entonces sí chillamos. En cuanto a interferencia parlamentaria, recuerden cuando el “pelao” se reunió con los integrantes del Grupo de Amistad Parlamentaria EE. UU.-Panamá, pero nunca se supo qué salió de esa reunión.
Veamos ahora la doble cara del Ministerio de Relaciones Exteriores, que en un comunicado expresamente clarifica que “Panamá, como Estado soberano, no acepta condicionamientos ni presiones que pretendan incidir en las decisiones legítimas de sus autoridades…”. Estas declaraciones vienen a ser el chiste del momento, ya que los funcionarios sufren de amnesia selectiva o ya se acostumbraron a la intervención diaria de los gringos. Recuerden que tienen que pedirles permiso para muchas decisiones, pero parece que esto no es una violación de la soberanía nacional, sino un business as usual.
El “pelao” no podía dejar pasar la oportunidad para criticar sobre el tema y darle plomo a los chinos por hacer lo mismo que ellos están haciendo, pero en mucho menor escala. Se refirió “al autoritarismo del gobierno chino” sin mirar hacia su patio, que está siendo dirigido por un desquiciado acompañado del cartel MAGA, causantes del revuelo mundial con su jugarreta de tarifas, intervenciones y que pretendía el Premio Nobel de la Paz después de intentar anexar el Canal de Panamá, Canadá y Groenlandia. No se debe olvidar que uno de los objetivos del “pelao”, al ser nominado para su cargo, fue el de devolverle a Gringolandia el Canal de Panamá.
Otro de sus dardos a los chinos fue cuando dijo: “Quizá ellos no están acostumbrados a la democracia, que las personas puedan hacer sus propias decisiones; sé que vienen de un país comunista, quizá puedan aprender que aquí en Panamá hay democracia y las personas hacen sus propias decisiones”. Me imagino que se puso de acuerdo con el ministro cocinero para sincronizar las ideas y mandar un mensaje coordinado. Estas actuaciones son un irrespeto a la ciudadanía, tratando de endulzar la falta de soberanía que tenemos, cuando a ellos les consta que Panamá es soberano en todo su territorio… siempre y cuando los gringos lo permitan. Entendamos por esto que nuestros gobernantes cayeron en un “servilismo sin agallas”, capitulando en lugar de luchar por la integridad soberana.
El autor es ciudadano.

