La reciente exclusión de Panamá de la lista de jurisdicciones de alto riesgo de la Unión Europea, motivada por deficiencias en la lucha contra el blanqueo de capitales, constituye un logro trascendental para la República. Este avance no es producto de la casualidad, sino el resultado de una estrategia nacional integral, articulada desde el más alto nivel del Estado y ejecutada con rigor técnico y diplomático.
La salida de esta lista representa un testimonio inequívoco del compromiso de Panamá con la transparencia y el cumplimiento de los estándares internacionales, en particular las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y la directiva (UE) 2015/849 sobre prevención del blanqueo de capitales y financiación del terrorismo. Este hito abre un nuevo horizonte de oportunidades para el desarrollo nacional y la consolidación de la seguridad jurídica.
La consecución de este objetivo se sustenta en la sinergia de tres pilares fundamentales:
1. Liderazgo presidencial: una prioridad de Estado
El punto de partida de este proceso ha sido la firme voluntad política del presidente de la República, José Raúl Mulino, quien elevó la salida de la lista a la categoría de prioridad nacional. Este liderazgo permitió alinear a todas las instituciones del Estado bajo un objetivo común, garantizando la asignación de recursos, la eliminación de obstáculos burocráticos y la coordinación efectiva entre ministerios, organismos de supervisión y el sistema judicial.
La directriz presidencial envió un mensaje claro, tanto a nivel interno como internacional: Panamá asume con seriedad y determinación su compromiso con la transparencia, la integridad financiera y el fortalecimiento del Estado de derecho.
2. Gestión diplomática de la Cancillería: el factor político decisivo
Si bien el cumplimiento técnico de las normativas internacionales es indispensable, la decisión de los organismos multilaterales, como la Unión Europea, incorpora un componente político relevante. En este contexto, la Cancillería desempeñó un papel crucial mediante una gestión diplomática estratégica y proactiva.
El Ministerio de Relaciones Exteriores no se limitó a la presentación de informes, sino que promovió un diálogo directo y constructivo con los Estados miembros de la Unión Europea y otros actores clave, construyendo relaciones de confianza y asegurando una comprensión cabal de los avances logrados por Panamá. Esta labor diplomática fue determinante para traducir los progresos técnicos en una percepción política favorable, facilitando así la decisión de exclusión del país de la lista.
3. Asesoría jurídica especializada: el sustento técnico del cumplimiento
El éxito alcanzado descansa, además, en el trabajo meticuloso del equipo legal especializado, liderado por la Comisión de Servicios Internacionales (COSI) del Colegio Nacional de Abogados desde el año 2022. Este grupo de expertos jurídicos fue responsable de la adecuación y redacción de la normativa requerida para satisfacer las exigencias del GAFI y de la Unión Europea.
Su labor permitió fortalecer el marco regulatorio en áreas críticas como la debida diligencia, el registro de beneficiarios finales y la capacidad estatal para investigar y sancionar delitos financieros, dotando al país de una base legal robusta y alineada con los más altos estándares internacionales. Este esfuerzo ha contribuido a consolidar la seguridad jurídica y la confianza en las instituciones panameñas.
Algunos miembros de dicha comisión son: Maritza Cedeño, presidenta del Colegio Nacional de Abogados; Carlos Raúl Moreno, quien también preside Gapifi; Fernando Antonio Castillo Araúz (FACA); Raúl Eduardo Molina; Mario E. Correa; Fernando Boyd C.; Domingo Díaz D.; Juan Pablo Fábrega P., y mi persona, miembro del Colegio Nacional de Abogados.
Resultados y beneficios tangibles para Panamá
La salida de la lista de la Unión Europea no es un acto meramente simbólico, sino una victoria estratégica con repercusiones inmediatas y concretas para el país.
La restauración de la reputación internacional de Panamá permite recuperar la confianza de la comunidad global, reposicionando al país como un centro de servicios y negocios confiable y transparente. La reducción de la percepción de riesgo convierte a Panamá en un destino más atractivo para la inversión extranjera directa, impulsando nuevos proyectos, innovación y generación de empleo.
Asimismo, el sistema financiero nacional experimentará una disminución de la presión regulatoria, facilitando la apertura y mantenimiento de corresponsalías bancarias, elemento esencial para el comercio internacional y la estabilidad del centro financiero. Sectores como la logística, el comercio, el turismo y los servicios profesionales se beneficiarán de menores costos de transacción y un acceso más fluido a los mercados internacionales, incrementando su competitividad global.
La exclusión de Panamá de la lista de alto riesgo de la Unión Europea constituye un hito histórico que refleja el esfuerzo conjunto y sostenido de las instituciones del Estado, el sector privado y la sociedad en su conjunto. Este logro es el resultado de una visión de país, de la capacidad de articular voluntades y de la determinación de cumplir con los más altos estándares internacionales. Panamá ha demostrado que, con liderazgo, compromiso y trabajo técnico especializado, es posible superar los desafíos más complejos y recuperar la confianza de la comunidad internacional.
Este resultado, alcanzado en estricto apego al Estado de derecho y a los compromisos internacionales asumidos por la República de Panamá, constituye un precedente que debe inspirar la continuidad de las políticas públicas orientadas a la transparencia, la integridad y la seguridad jurídica, pilares fundamentales para el desarrollo sostenible y la confianza internacional. El reto ahora es mantener y profundizar estos avances, consolidando a Panamá como un referente regional en materia de cumplimiento, transparencia y buenas prácticas.
El autor es abogado especialista en derecho corporativo y tributario.
