En un movimiento estratégico que podría redefinir su futuro económico, el Gobierno de Panamá oficializó su solicitud de adhesión a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) durante la IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, celebrada en Sevilla, España. Este importante paso, respaldado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), no solo constituye una declaración de intenciones, sino también una apuesta clara por un crecimiento económico más inclusivo y sostenible.
La OCDE, con sede en París, es un influyente organismo internacional que promueve las mejores prácticas económicas y sociales a nivel global. Sus 38 países miembros representan el 42.8% del producto interno bruto (PIB) mundial e incluyen economías latinoamericanas como México, Chile, Colombia y Costa Rica. La integración a este selecto grupo representa para Panamá la oportunidad de alinearse con los estándares de las economías más avanzadas.
Este artículo explora cómo la adhesión a la OCDE impulsará a Panamá a implementar mejores prácticas en política tributaria, un aspecto crucial en un país que necesita con urgencia incrementar sus ingresos fiscales. Actualmente, la recaudación tributaria panameña equivale apenas al 13.1% del PIB, una cifra que contrasta drásticamente con el promedio de 21.5% en América Latina y el Caribe, el 34.0% en los países de la OCDE, y aún más con sus pares latinoamericanos miembros de la organización: México (16.9%), Chile (23.9%), Colombia (19.7%) y Costa Rica (25.5%). Esta brecha resalta la necesidad de combatir los altos niveles de evasión fiscal.
El proceso de adhesión implicará una estrecha colaboración con el Comité de Asuntos Fiscales (CAF) de la OCDE, un pilar de la organización enfocado en la política y administración tributaria internacional. Este comité desempeña un papel fundamental en el desarrollo de estándares, la facilitación del diálogo entre formuladores de políticas y la provisión de datos y análisis fiscales.
Panamá ya ha demostrado compromiso con la transparencia fiscal. Desde su incorporación, en octubre de 2016, al Proyecto contra la Erosión de la Base Imponible y el Traslado de Beneficios (BEPS), el país ha implementado las acciones correspondientes al estándar mínimo. Estas incluyen medidas clave para:
Combatir las prácticas fiscales perniciosas mediante mayor transparencia y sustancia económica.
Impedir el uso abusivo de convenios fiscales.
Mejorar la documentación sobre precios de transferencia e informes país por país.
Fortalecer los mecanismos de resolución de controversias.
Es importante destacar que la OCDE no impone un único modelo tributario. Aunque promueve la transparencia y la lucha contra la evasión y elusión fiscal internacional, permite a los países adoptar principios de renta mundial o territorial, según su modelo de desarrollo económico. En efecto, la OCDE fomenta mejores prácticas a través de su Modelo de Convenio Tributario y sus Directrices sobre Precios de Transferencia, recomendaciones que Panamá ya ha incorporado en sus convenios y en el Código Fiscal. Además, sus políticas promueven el comercio transfronterizo, la inversión extranjera directa y la reducción de la competencia fiscal nociva.
El proceso de adhesión impulsará a Panamá a adoptar políticas tributarias que no solo busquen la consolidación fiscal, sino que también integren los más altos estándares en tributación directa e indirecta, así como la digitalización de la administración tributaria, en línea con lo aplicado por los países miembros.
Los esfuerzos en política y administración tributaria derivados de este proceso serán claves para el desarrollo de un sistema fiscal eficiente, que no solo permita recaudar los ingresos necesarios para el presupuesto del Estado, sino que también apoye activamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La tributación es un componente esencial del contrato social entre el Estado y sus ciudadanos, y un pilar para el fortalecimiento de la democracia. La decisión del Gobierno de avanzar con las políticas de la OCDE, de la mano del BID, reafirma el compromiso de Panamá con el multilateralismo y su determinación de consolidarse como un centro financiero y logístico de primer nivel en un mundo en constante evolución.
El autor socio de Galíndez, Medrano & Asociados y es Ph.D de la Universidad Paris Dauphine

