Cuando el entonces candidato presidencial Juan Carlos Varela R. adoptó como lema de su campaña la expresión “El pueblo primero”, no lo hizo pensando en un eslogan más de campaña carente de contenido, sino convencido que una vez ocupase el solio presidencial su acción de gobierno estaría enfocada en los sectores más vulnerables de la sociedad. Lo anterior partiendo de la base de que el movimiento político que lo llevaría al poder está inspirado en la doctrina panameñista, vigente en el país desde 1939 y que se ha traducido en grandes transformaciones de índole social, como la creación de la Caja de Seguro Social y el reconocimiento de los derechos políticos de la mujer panameña, entre otros.
En virtud de lo anterior, a partir de julio de 2014 se inicia un periodo de gobierno de alto contenido social, pero que a la vez actúa de manera responsable en relación con el manejo de las finanzas públicas y el rescate de la institucionalidad. En este sentido, en los primeros seis meses de gobierno se adoptaron leyes que ampliaron la cobertura del programa 120 a los 70 a los adultos mayores de 65 años y que aumentaron la asignación de la beca universal. De esta forma, se le hizo justicia a nuestros adultos mayores vulnerables que no gozan de una jubilación de la Caja de Seguro Social y, por otra parte, el Estado se obliga a asignar recursos al programa de beca universal con el propósito de evitar la deserción escolar.
En materia social, se inicia además una inversión sin precedentes en la historia republicana en el campo de la vivienda, que se ha traducido en proyectos por valor de mil 689 millones de dólares. A la fecha se han entregado 11 mil casas y hay 45 mil en construcción.
Con sanidad básica, en tres años de gobierno se ha concretado una inversión de 302 millones de dólares enfocados en aquellos panameños que aún no cuentan con unidades sanitarias en su vivienda. Esta inversión representa más de 126 mil unidades sanitarias gestionadas, de las cuales hay más de 99 mil entregadas o en construcción.
En el campo de la descentralización, el presidente Varela cumplió con los municipios del país a través de la Ley 66 de 2015, que creó la Secretaría Nacional de Descentralización y viabilizó la transferencia de los fondos de la recaudación del impuesto de inmueble hacia los municipios. Estas transferencias alcanzaron la suma de 145 millones de dólares en 2016 y 160 millones de dólares en 2017 y han posibilitado la ejecución de proyectos comunitarios en sectores de agua potable, electrificación, infraestructura, educación, salud y multisectorial.
La administración del presidente Varela está realizando además importantes inversiones en materia de transporte, vialidad, deportes, educación y salud. Entre las obras emblemáticas podemos mencionar las líneas 2 y 3 del Metro, el cuarto puente sobre el Canal de Panamá, el Hospital Amador Guerrero en Colón, el ensanche a ocho vías del tramo puente de las Américas-Arraiján, el alcantarillado de Santiago de Veraguas, el proyecto de saneamiento de la bahía y nuevos estadios en Changuinola, David y Las Tablas. Estas obras se ejecutan de manera transparente y el siguiente gobierno no recibirá múltiples proyectos en riesgo como recibimos en julio de 2014, producto de la irresponsabilidad y poca transparencia del gobierno anterior.
La política de subsidios y de inversión social se ha llevado adelante en un marco de responsabilidad fiscal. El 1 de julio de 2014, nuestro equipo de gobierno heredó un déficit fiscal de 4% producto de la irresponsable gestión del gobierno del señor Martinelli. En seis meses se logró bajar el déficit fiscal al 3.2% del PIB, que representó la suma de mil 563 millones de dólares. En 2015, el déficit fiscal se redujo a 2.3% del PIB, que representó la suma de mil 208 millones de dólares. En 2016, se logró reducir el déficit fiscal al 1.9% del PIB, lo que representó la suma de mil 65 millones de dólares. Cabe mencionar además que, en los primeros 3 años de la presente administración, se ha recaudado, en concepto de ingresos corrientes, 5 mil millones de dólares más que en los primeros tres años del periodo 2009-2014. La Dirección General de Ingresos ha actuado de forma profesional y no se ha utilizado como instrumento de persecución política como sucedió en el gobierno anterior.
Para aquellos sectores que tildan nuestra gestión de populista, es preciso informarles que cuando asumimos el gobierno en 2014, los subsidios representaban el 18% del gasto público. A la fecha, los subsidios representan el 14% del gasto público. Esta disminución se logró con una reorientación del subsidio en el sector energético a fin de focalizar el mismo en los sectores de menor poder adquisitivo.
Los tres años de gobierno del presidente Varela se han caracterizado por un crecimiento sólido de la economía y una baja inflación. El crecimiento del PIB fue de 5.8% en 2015; 5% en 2016 y 6.2% en el primer trimestre de 2017. Por su parte, la inflación fue del 0.4% en 2015 y 1.2% en 2016. El costo de la canasta básica era de $344.93 en junio de 2014, mientras que en febrero de 2017 el costo de la canasta básica fue de $307.50. Es decir, una disminución de 37 dólares durante los primeros 32 meses de nuestro gobierno.
La combinación de una inversión social sin precedentes por parte del gobierno, un crecimiento económico sólido, una baja inflación y un manejo responsable de las finanzas públicas ha generado una disminución importante en los índices de pobreza. Al inicio de la presente administración, el 25.8% de nuestros compatriotas vivía en pobreza. En los tres años de este gobierno, se logró disminuir la pobreza al 22.1%. Esta reducción de la pobreza es mayor que la registrada en los cinco años del gobierno de Martinelli.
Si bien es cierto que hemos cometido errores y que el país enfrenta retos importantes, estoy seguro de que el presidente Varela entregará a su sucesor un país con una situación económica, social e institucional muy superior a la que recibimos el 1 de julio de 2014.
