“Os horrorizáis de que queramos abolir la propiedad privada. Pero en vuestra sociedad actual la propiedad privada está abolida para las nueve décimas partes de sus miembros” (Karl Marx).
Ahora que el presidente de Estados Unidos de América, Donald Trump, en plena posmodernidad, ha puesto nuevamente la palabra comunismo en la palestra pública; una narrativa que ha ocupado a los principales medios de comunicación social del orbe y que ha servido de argumento político para un número plural de líderes paleo-liberales.
Considero conveniente consultarle al creador de la doctrina científica del materialismo histórico y dialéctico —Karl Marx— para que nos explique qué es el ideal comunista, de modo de disipar la terrible confusión y el terror que hoy día despierta en todo el planeta, principalmente en el mundo de la política.
Para ello, y asumiendo cierto rigor científico, consultaremos los dos ensayos doctrinales en los que Marx explicita el concepto de comunismo: estos son el Manifiesto comunista y Crítica al Programa de Gotha, ambos publicados en Obras escogidas de Carlos Marx y Federico Engels, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, 1955.
La primera aproximación al ideal comunista esbozado por Marx es la siguiente: “En sustitución de la antigua sociedad burguesa, con sus clases y sus antagonismo de clase, surgirá una asociación en que el libre desenvolvimiento de cada uno será la condición del libre desenvolvimiento de todos”.
Es decir, en el Manifiesto comunista de Karl Marx, eso es todo lo que se dice: el surgimiento de una “asociación libre”, sin clases sociales, sin lucha de clases, sin Estado y sin dominación.
Mientras que en la Crítica al Programa de Gotha, Marx indica que “En una fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, (...) podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades!”.
Eso es todo. Otra cosa es la fase inferior de la construcción del ideal comunista, denominada etapa “socialista” o de “dictadura del proletariado”, de la cual podríamos comentar en otra ocasión.
En síntesis, es erróneo, conceptualmente hablando, catalogar como regímenes comunistas a Estados socialistas como Cuba, Corea del Norte y Vietnam. Mucho más inapropiado denominar “comunistas” a gobiernos progresistas donde las relaciones de propiedad privada sobre los medios de producción y los partidos políticos siguen tan vigentes como en Panamá o en cualquier otro país capitalista.
Tal es el caso de la campaña política de Donald Trump contra los regímenes de Nicaragua, Venezuela, Colombia, México y Honduras, entre otros, cuya finalidad es derrocar sus gobiernos para instalar gobernantes dóciles, alineados y alienados; y, en la situación particular de la RBV (Venezuela), facilitar la apropiación de su riqueza mineral (petróleo, oro, etc.).
¡Así de sencilla es la cosa!
El autor es abogado y analista político.
