Soy un exalumno orgulloso de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá (UP), al igual que mis hermanos y mi padre. Él, a su vez, fue catedrático, secretario, vicedecano y decano interino de la Facultad de Derecho. Somos solidarios con una casa de estudios poco motivada o apoyada por el Estado para darle el sustento cultural, académico y económico que se merece.
Si es necesario darle más presupuesto, que se justifique y se le otorgue por la vía legal. Por lo tanto, me cuesta creer que, según la investigación realizada por el diario La Prensa, en esta fiesta de mal gusto de los auxilios económicos, nuestra primera casa de estudios se haya prestado para cobrar millones de dólares sin ningún tipo de justificación financiera ni académica. Es decir, espero que no se haya desviado una ayuda económica bajo el pretexto de esta figura tan cuestionada de los auxilios; haciendo cobros astronómicos a estudiantes que no se ajustan a lo que esta prestigiosa universidad pública cobra habitualmente. Peor aún, si lo hizo a sabiendas de contar con la ventaja de un despilfarro descontrolado y descarado, financiado a manos llenas con nuestros impuestos.
Supuestamente, entre 2014 y 2024, la UP ha recibido $1,702,395 por la enseñanza de “idiomas”. Esto representa más de la mitad de lo pagado por el Ifarhu en este derroche pecuniario incoherente de aprendizaje lingüístico en universidades panameñas. Para dictar 20 cursos de alemán, se desembolsaron $482,910 a la UP. Una mitad costó $24,303 por estudiante, y en la otra mitad, con 10 alumnos, se otorgó $23,953 por cada uno. Pero ¿por qué tan oneroso, si el sitio web de su Centro de Lenguas indica que los cursos cuestan $75 por estudiante? La inscripción para el público en general está en $100, y $85 para jubilados, personal administrativo y docente.
También se impartieron cursos de inglés por el orden de los $170,660 para 9 personas, es decir, entre $18,690 y $19,040 por estudiante, a pesar de que estos cursos los imparte la UP entre $90 y $120 por persona, según la página web. No faltaron los cursos de italiano en mi “alma mater”, que cobró cursos avanzados para 19 personas por la suma de $450,369, un promedio de casi $24,000 por alumno. Similar costo implicó enseñar portugués, con un monto de $430,951 y un promedio por alumno de poco más de $22,000. Incluso cobraron por enseñar mandarín, con $105,475 para 5 personas, un promedio de $21,095 por cada una. Un negocio redondo. También estuvieron presentes los cursos para estudiar polaco. Para solo 3 personas, el Ifarhu desembolsó $62,030, casi $21,000 por alumno.
Y no podían faltar los cursos del idioma del amor, el francés. Se beneficiaron 26 personas, con pagos por cada una de entre $23,005 y $23,355. Ni la prestigiosa Alianza Francesa cobraría eso. Y no hubo gastos de pasajes, estadía, dormitorios, etc., ya que se trata de cursos en Panamá. Es algo más de $1.7 millones otorgados en 10 años, a razón de un aproximado de $170,000 por año, para beneficiar a unos 101 estudiantes con auxilios económicos.
Por cierto, accedí a la página virtual del Centro de Lenguas de la Facultad de Humanidades de la UP, donde se invita a la población a inscribirse en sus cursos de inglés, francés, mandarín, alemán, italiano, portugués, japonés, ruso, coreano y hebreo. Señala que el Centro de Lenguas es una unidad de autogestión adscrita al Decanato de la Facultad de Humanidades, creada en sesión Nº29-95 del Consejo Académico en 1995, y que su finalidad es la enseñanza de idiomas, lenguas indígenas y la comprobación de conocimientos de lenguas extranjeras, entre otros servicios.
Agrega que el Centro de Lenguas atiende tanto al público en general como a estudiantes de la UP, recibiendo anualmente una matrícula de unos 1,500 estudiantes que toman algunos de los nueve idiomas que en él se dictan: alemán, francés, griego, italiano, inglés, japonés, mandarín, portugués y ruso. Lo más insólito es que este Centro de Lenguas indica en la “Bienvenida” que aparece en su página virtual, que seguirá fiel a su misión de proveer al estudiantado de la Universidad de Panamá de forma “gratuita”, a través del trámite de inclusión, un idioma de su elección, capacitándolos para ser más competitivos en el mercado laboral. Vaya gratuidad, cobrando a cada uno de los 101 estudiantes que aparecen beneficiados en un lapso de 10 años una suma promedio de casi $17,000 por cada uno. Además, pagados de nuestros impuestos desde el Ifarhu, a través de los incoherentes e injustificables auxilios económicos.
Y cuando fui a la información sobre los costos, refiriéndose al calendario 2019 (parece que ni siquiera están actualizados), indica que los exámenes de certificación para estudiantes de pregrado son $20.00; para estudiantes de postgrado, $50.00 cada vez que se solicita la prueba de suficiencia, ya sea en línea o presencial. A su vez, el curso de inglés presencial es de $120.00 para todo público y estudiantes de postgrado, y $90.00 para estudiantes de pregrado (lo que no está claro es la duración del curso).
Enorme sospecha crea la voz del rector, que retumba desde su inexplicable silencio. Finalizo con la última frase que aparece en esta página del Centro de Lenguas de la UP, que dice: “Cultiva una lengua, cosecha una cultura”, y yo agregaría: “Vete al Ifharu y busca tu auxilio”.
El autor es abogado