Estamos a solo días del 5 de mayo, día de elecciones generales para los panameños. Y la pregunta que muchos se hacen es quién va a ganar o por quién se piensa votar. Como ciudadanos, aspiramos a tener un país próspero y con grandes avances en educación, salud, justicia y derechos humanos. Queremos que el futuro se convierta en un paraíso de oportunidades y beneficios para todos. Esa aspiración se quiere lograr escogiendo a los mejores candidatos, desde el nuevo presidente del país hasta los representantes de corregimiento. Sin embargo, no puedo más que pensar en la verdadera situación electoral que tenemos por delante. Tal vez hay que dejar de lado los sueños de muchos y pensar en votar con la mente clara y precisa.
No podemos dudar que Panamá es un país altamente polarizado políticamente. Los partidos políticos tradicionales y los nuevos que se han creado han conformado una amalgama de sectores y seguidores con un enfoque en ganar. Y ese solo ganar puede ser muy peligroso. Aquí cabe desde la manipulación (clientelismo, populismo y demás) hasta el robo de urnas o alteración de resultados el día de las elecciones. Es este el panorama que vemos suspendido en el ambiente y en la mente de muchos votantes. Muchos panameños no tienen una real conciencia al votar y son presa fácil de aquellos que solo buscan ganar y mantener las mismas condiciones privilegiadas de siempre.
Considero que hay que votar por nosotros, los que queremos ver un mejor país. Nos tenemos que alejar de las presiones propagandísticas y las falsas promesas de las arengas de campaña. Hay que buscar la verdad dentro de tantas mentiras y palabras que se las lleva el viento. Y aquí es cuando algunos dirán que todos los políticos mienten para conseguir sus objetivos. Pues, no todos lo hacen y no todos están en política para sacarle provecho a los bienes del Estado.
Hay que indagar en aquellos que no han tenido oportunidad de ser parte del gobierno y que no tienen gente manipulando detrás de ellos. También hay que hacer un escrutinio a aquellos que ya han estado en puestos políticos y son candidatos ahora. ¿Qué hicieron cuando estaban en el gobierno? Es por ello que es un deber cívico buscar quiénes nos puedan representar y defender la patria en todos los ámbitos. No es una tarea fácil. No nos llamemos a engaños.
Si pensáramos en qué nos puede beneficiar a todos y no solo a algunos que siempre buscan mejorar solo sus intereses personales o familiares, tendremos una mejor decisión frente a las urnas este 5 de mayo. Y si pienso en lo que dice el cantautor Rubén Blades en su canción Pablo Pueblo, que el pobre Pablo, el “hijo del grito y la calle, de la miseria y del hambre” con sus frustraciones y pesares, sale a votar para “comerse un clavo”, pero su “alimento es la esperanza”, no nos queda más que tomar conciencia y decidirnos por los candidatos que vayan a cambiar la situación de Pablo Pueblo, que no es otro que el panameño que lucha día a día por calmar el hambre de justicia.
Votar por nosotros no es votar por el que más regaló o el que más prometió. Es votar con la conciencia del valor del voto y que cada panameño con capacidad de discernir tiene la responsabilidad de asegurar una decisión bien pensada. Votemos por nosotros, por un Panamá con verdaderas esperanzas.
La autora es docente universitaria.
