El pasado 19 de junio, el presidente de la República, José Raúl Mulino, anunció un proceso de licitación pública para la contratación de servicios de recolección, barrido, limpieza y transporte de residuos sólidos urbanos, comerciales y domiciliarios en el distrito de Panamá.
Si bien no detalló el monto del acto público, el mandatario explicó que esta contratación tendrá una duración de 84 meses y “representa un paso decisivo hacia una gestión más moderna, eficiente y sostenible de nuestros residuos”. Además, dijo que espera la participación de las mejores empresas internacionales del sector, para que “por fin se dé una solución definitiva y a largo plazo al tema de la basura”.
Se trata de uno de los principales desafíos que enfrenta la ciudad de Panamá, donde residen casi 2,000,000 de personas, y que en los últimos años ha estado marcada por dos problemas claros: una deficiente recolección y manejo de desechos, y, por otro lado, el mal estado del relleno sanitario de cerro Patacón, en el corregimiento de Ancón, donde se depositan a diario miles de toneladas de basura.

El costo del contrato
La Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD) subió al portal Panamá Compra el acto público, cuyo precio de referencia es de $140.3 millones. La reunión de homologación está programada para el próximo 7 de julio y la presentación de propuestas, para el 13 de agosto.
En la actualidad, el distrito de Panamá alberga 1,886,990 habitantes, que generan entre 2,600 y 2,900 toneladas de residuos al día. Esta compleja realidad se ve agravada por lo diverso de los 26 corregimientos que componen el distrito, con una extensión total de 2,045.6 kilómetros cuadrados, cada uno con sus propias características y necesidades.
Según el pliego de condiciones, para hacer frente a esta situación, la AAUD operará a través de cinco bases operativas que buscan atender a los usuarios urbanos, domiciliarios y comerciales. De esas cinco zonas, tres estarán bajo el ámbito de la presente contratación, mientras que dos permanecerán bajo la operación directa de la AAUD.

Como ya se dijo, el contratista deberá encargarse de tres zonas que abarcan 17 corregimientos del distrito de Panamá. La primera incluye San Francisco, Río Abajo, Parque Lefevre y Don Bosco, donde habitan unas 182,073 personas. Luego está el área comprendida por Chilibre, Alcalde Díaz, Las Cumbres, Ernesto Córdoba y Caimitillo, con una población total de aproximadamente 242,191 personas.
La tercera zona asignada al contratista abarca Juan Díaz, Tocumen, Pedregal, Las Mañanitas, Las Garzas, San Martín, Pacora y 24 de Diciembre, donde residen unas 461,480 personas. El resto de los corregimientos del distrito capitalino continuará bajo la responsabilidad de la Autoridad de Aseo.
¿Y cerro Patacón?
En una escena poco habitual en la historia reciente del país, el presidente José Raúl Mulino recorrió, el pasado 21 de marzo, el relleno sanitario de cerro Patacón, el vertedero que durante décadas ha sido símbolo del desorden en la gestión de residuos en la capital. Según la Presidencia, se trata apenas de la segunda vez en 29 años que un mandatario visita este sitio, donde se acumulan diariamente toneladas de basura provenientes de los distritos de Panamá y San Miguelito.

Acompañado por el administrador de la AAUD, Ovil Moreno Marín, Mulino anunció nuevas inversiones para agilizar la recolección y mejorar la disposición final de los desechos, al tiempo que instruyó a la entidad a optimizar el funcionamiento de esta infraestructura, que, aunque crítica, ha sido históricamente relegada por las autoridades.
El propio ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, calificó el relleno sanitario como un desastre ambiental. Incluso el anterior ministro de Ambiente, Milciades Concepción, prometió dejar una licitación para mejorar esta zona, pero nada de eso ocurrió.
Entre 2023 y 2024, este relleno sanitario fue escenario de al menos 23 incendios, según reportes del Cuerpo de Bomberos de Panamá. Solo en 2023 se atendieron unos 15 siniestros, mientras que en 2024 se registraron ocho más, cinco de ellos de gran magnitud. Estas emergencias, que han afectado tanto a operarios como a comunidades cercanas, ponen en evidencia la precariedad con la que se maneja esta infraestructura.
Los expertos advierten que detrás de muchos de estos fuegos hay no solo negligencia, sino también posibles actos provocados, en un sistema donde la gestión de residuos continúa siendo uno de los eslabones más débiles de la administración pública.


