Para los residentes de Las Minas, en la provincia de Herrera no existe otra fecha más importante en el calendario que el 4 de diciembre, cuando dejan de lado el duro trabajo de la tierra para venerar a su querida patrona: santa Bárbara.
SU HISTORIA
Santa Bárbara es de origen alemán. En Alemania se la consideraba la protectora de los obreros de la minería, contra las tormentas.
Según las leyendas y creencias populares, santa Bárbara era una mujer alta, blanca, bella y bondadosa, quien desde muy joven abrazó el cristianismo a escondidas.
Este hecho encolerizó a su padre, un pagano de nombre Dióscoro, quien luego de cortarle los senos decidió degollarla, porque Bárbara se mantenía fiel a la fe cristiana.
El haberla escogido como su patrona no es una casualidad, sino algo ligado al origen mismo del pueblo de Las Minas, cuando un español de apellido Vacamontes se radicó en este sitio para dedicarse a la minería, junto a un grupo de indios esclavos.
Fue entonces cuando los mineros escogieron a santa Bárbara como su patrona, para que les protegiera de los rayos y las centellas, frecuentes en tierras donde abundan los minerales valiosos.
FE Y DEVOCIÓN
El testimonio de Genaro Barría da cuenta de cómo santa Bárbara ha protegido en al pueblo en los últimos siglos.
A sus 70 años, se acuerda que, siendo un niño, su abuela se encomendaba a esta santa, cada vez que las tormentas azotaban su pueblo natal, El Nanzal: “Recuerdo sus palabras cuando decía: ‘Santa Bárbara, líbranos de truenos y centellas”.
Barría dice estar seguro de que santa Bárbara bendita les protege cada vez que el peligro les acecha, por la cantidad de rayos y relámpagos que caen en la zona. “Que yo recuerde, ninguno de los nuestros ha muerto víctima de un rayo ”, asegura.
Cada 4 de diciembre, santa Bárbara congrega a sus devotos, hasta aquellos que por una u otra circunstancia dejan estas tierras en busca de mejores días.
Mercedes Ramos indica que es, precisamente, en esta fecha en que se reúne con sus hijos, hermanos, y otros familiares para participar de la misa, después de todo un año de haber permanecido separados.
Reafirma que este es un día muy especial, en el que nadie piensa en surcar la tierra o mover sus cabezas de ganado, “ni mucho menos”, sino en acompañar a su “patroncita”.
Insiste en que participar de la misa y la procesión de santa Bárbara es apenas una forma de agradecer las maravillas y bendiciones que reciben del propio señor Jesucristo a través de ella.
Ramos reconoce que la gente de Las Minas es gente pobre, que no puede dar muchas cosas materiales a la santa, pero sí mucha honra y veneración.
QUÉ DICE LA IGLESIA
Desde el 25 de noviembre comenzó la fiesta religiosa con la novena, que según el cura párroco de Las Minas, Alcides Espinosa, fue aprovechada para inculcarle valores al pueblo católico. “Hemos hablado de la responsabilidad, el amor, la justicia, la solidaridad, el respeto y el perdón, entre otros valores” precisó el sacerdote.
Añade que aunque no paró de llover durante toda la semana, los mineros no perdieron ni un solo día de novena.
Aunque el sacerdote indica que santa Bárbara hizo sacrificios en su vida, y debe ser ejemplo para los cristianos, no debe ser adorada bajo ninguna circunstancia, porque el único que merece adoración es nuestro Señor Jesucristo.
En este sentido, el sacerdote dijo que le inquieta la cantidad de hermanos que ha abandonado la Iglesia católica para irse a otras iglesias, donde, según dijo, “se les ha estafado” y los mineros han quedado decepcionados.
Añade que lamentablemente esta gente no ha retornado a la Iglesia católica, porque está avergonzada, o simple y sencillamente porque ha perdido su fe.
La Iglesia reconoce que aunque son muchos los favores concedidos por santa Bárbara, esta no recibe ofrendas, como ocurre con santa Librada o el Cristo Negro de Portobelo.
